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La enseñanza de la ciencia y las matemáticas con tecnología en Nuevo León
José Ángel Pérez

Monterrey.- La sociedad compleja e interconectada en que vivimos, depende en su totalidad de la ciencia y la tecnología; sin embargo, sólo un número limitado de personas entienden los principios fundamentales de la ciencia. Esto es grave, pues una sociedad que reserva el conocimiento científico para un grupo limitado está promoviendo la desigualdad de oportunidades.

Es lamentable que a la mayoría de los estudiantes de ciencias en escuelas oficiales se les educa:

        • Con un “programa de contenidos canónicos” impartidos en clases teóricas magistrales.

        • Con clases de laboratorio “confirmatorias” en las que el estudiante se familiariza en el uso de aparatos
        (termómetros, fuentes de voltaje, pilas eléctricas, alambres, cronómetros, microscopios, mecheros, multímetros,
        calorímetros, …) con los que comprueba los conceptos teóricos vistos en el salón de clases.

        • Con sesiones de resolución de “problemas reales” donde aplique lo aprendido.

        • Con anticiencia y pseudociencia.

     El estado deplorable que guarda la enseñanza y aprendizaje de la ciencia en educación básica, tantas veces señalado por PISA (Programa Internacional para la Evaluación de los Estudiantes) evidencia una brecha cultural que está generando graves consecuencias.

     La escuela básica de la tercera década del siglo XXI tiene una tarea que cumplir para unir los intereses e inquietudes de estudiantes, maestros y sociedad en general, esta importante tarea consiste en enseñar contenidos científicos y tecnológicos, desarrollando actividades que utilicen la tecnología digital como herramienta de enseñanza.

     A fines del siglo pasado, la SEP piloteó en varias entidades de nuestro país, dos proyectos para la enseñanza de la física y las matemáticas con tecnología (EFIT y EMAT, respectivamente).

     Para esta tarea, estableció convenios con instituciones nacionales como el Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE) y el Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (CINVESTAV-IPN). También contrató la asesoría de organismos internacionales de prestigio académico como Open Learning Agency (OLA) y el Ministerio de Educación de Canadá.

     De los anteriores convenios surgen los mencionados proyectos EFIT y EMAT (Enseñanza de la Física con Tecnología y Enseñanza de las Matemáticas con Tecnología). Se capacitó pedagógica y tecnológicamente a un equipo de expertos nacionales y ellos, a su vez, formaron un grupo de profesores de secundaria para la enseñanza de la física con simulaciones en computadora realizadas, de acuerdo al enfoque del plan y programas de estudios de 1992 y basadas en la plataforma Interactive Physics, así como también en el empleo de sensores para la recopilación de datos del mundo real y su correspondiente modelado para construir los conceptos de la física. En matemáticas se trabajó con las plataformas Stella, Cabrie Geometry, Geómetra y calculadoras gráfica Texas 92.

     Las experiencias y conocimientos obtenidos por los equipos EFIT y EMAT de 1997 al 2000 fueron utilizados para un proyecto más ambicioso, que abarcaba a todas las demás asignaturas del Plan de Estudios de Secundaria, así nace el Proyecto Secundaria Siglo Veintiuno (Sec 21), de 2000 a 2002.

     A partir de 2003, en nuestra Entidad, los esfuerzos quedan inconclusos y por tanto no se logra capitalizar la experiencia y el conocimiento adquiridos. A pesar de que hubo equipamiento con Enciclomedia durante el sexenio de Fox (2000-2006), en la mayoría de las escuelas primarias y secundarias muchos profesores se sintieron “abandonados” frente a un recurso tecnológico que, si bien invadía todos los espacios de la sociedad, en la escuela aún tenía un uso pedagógico muy limitado por la ausencia de capacitación, asesoría y soporte tecnológico a los centros escolares.

     Pese a que, en la actualidad, los jóvenes conviven a diario con la tecnología; en un gran número de las escuelas públicas no se aprovecha este recurso didáctico de manera habitual, se desaprovecha la versatilidad de un recurso tecnológico, descuidando la formación integral del ser humano que no lo da la tecnología “per se”.

     Hace poco en una conferencia sobre educación dictada por Howard Gardner, un alumno inteligente y algo agresivo se le acercó, blandiendo su Smartphone y con una sonrisa burlona le preguntó: “¿En el futuro seguiremos necesitando escuelas? Al fin y al cabo, este teléfono contiene, o contendrá pronto, la respuesta a todas las preguntas”. Howard reflexionó unos instantes y respondió: “Sí, tendrá las respuestas a todas las preguntas... excepto a las más importantes.”

     Es importante la tecnología, pero más importante es su uso didáctico, ya que se sigue desaprovechando su potencial en la enseñanza de la ciencia y las matemáticas.

     Este gobierno no debe dejar a los maestros de ciencias y matemáticas sin capacitación, asesoría y equipamiento tecnológico como sucedió en los fallidos sexenios de Fox, Calderón y Peña Nieto.