GOMEZ12102020

MICROCUENTOS PARA PENSAR
Guarura
Tomás Corona

Monterrey.- Era su único objetivo en la vida, cuidar espaldas, aún a costa de descuidar la suya. Era de los mejores, los adinerados y políticos corruptos lo contrataban siempre por su incomparable perfil. Experto en armas, cinta negra en karate, discreto y elegante, noventa kilos de músculo, ágil, diestro, perceptivo, avezado, con una personalidad irresistible, un carácter de la chingada y una sonrisa franca, adoración de las féminas, incluidas las esposas de quienes cuidaba y también atendía en sus más íntimas e imperiosas necesidades.

Fue mi alumno hace 40 años y era de esos chiquillos inquietos que todo lo cuestionaba, medio flojo, repelón, rebelde, de esos que dicen, nunca tendrá un futuro promisorio, sin embargo, él sí, por su bien ponderado sueldo adquirió una mansión enorme, entre otras propiedades, bienes y comodidades que disfrutaba con su linda esposa y dos chiquillos bastante parecidos a él. Me visitaba de vez en cuando, sin su investidura de “matón”, era un sujeto, noble, alegre y sencillo.

A pesar de vivir permanentemente en riesgo su suerte era inmejorable, el negro destino que le vaticinaban era en realidad luminoso y próspero, en suma, era un hombre realizado y feliz. Tenía defectos y virtudes, como todos, pero al menos puede decirse que era un triunfador y había logrado, a sus 46 años, todos sus propósitos. Por eso aún no entiendo como a un ser humano tan sano y fuerte lo haya matado el Covid…