Monterrey.- Mujer, naciste libre y poderosa como el viento que pule la montaña y la desgaja. Te vi nacer entre el barro de las sombras, pero te hiciste luz, iluminaste al universo. Tu cuerpo es templo, sagrario, bóveda celeste que resguarda la prolongación de la especie. Eres mar y lluvia gestadora de sueños, hoguera que convoca, tierra fértil. Nadie da más vida y esperanza que tú. Sé que el mundo está hecho para el hombre, que innumerables veces la mujer fue borrada de la historia. No te creas ese cuento de ser el sexo débil. No cedas al capricho del ogro que te humilla ni dejes que te ofenda. No le otorgues poder sobre ti. Que no te toque. Que no te posea como si fueras un objeto roto. Defiende tus derechos con uñas y dientes, con garras, con puños, no palidezcas, brilla, extiende tus alas abiertas si es necesario y lévate en cualquiera de esos amaneceres grises que el monstruo te regala. No dejes que el machismo te destruya.