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7 septiembre 2010
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Desesperados por los desaparecidos
Manuel González Arizpe

Mientras muchos familiares de los desaparecidos han optado por el silencio y la resignación, otros muchos han preferido aprovechar el pasado día 30 de agosto para manifestarse ante la autoridad y solicitar respuestas a sus cuestionamientos. Una actitud valiente empujada por la frustración y la enorme desesperación, al no poder asimilar una tragedia tan terrible.

En su visita a México, el relator de la ONU, Frank La Rue, aseguró asombrado no comprender cómo ni siquiera existe una instancia de ninguna autoridad para darle seguimiento a estos casos que se multiplican por todo el territorio nacional. Y como dijera el diplomático de las Naciones Unidas: “este delito no prescribe, es un crimen de lesa-humanidad, por lo que es inconcebible que no exista una fiscalía especial para darle seguimiento.”

Desaparecidos sin cuenta
En la actual guerra contra la delincuencia organizada, las bajas se cuentan por millares, y sobran los medios de comunicación que se han dado a la tarea de llevar una contabilidad, lo más exacta posible de las ejecuciones. Pero, y quién cuenta a los desaparecidos, cuyo número por desgracia es muy cercano al de los ejecutados, dejando además en los deudos una herida que nunca cierra por la incertidumbre que conlleva esa pequeña esperanza, que aun con todo en contra, mantienen los parientes de los infortunados.

Casos de sobra
Fue en septiembre del 2006, en Ciénega de Flores, N. L., cuando los jóvenes José Francisco González Montemayor, Patricia Deyanira Garza Ortiz, Luis Gerardo Carrillo de Luna y los hermanos Irma Verónica y Gustavo Garza Chapa, fueron levantados por un narco comando en Ciénega de Flores. A pesar de que sus padres han insistido vehementemente en encontrar a sus hijos, las autoridades no les han podido o querido resolver nada, mientras ellos, sin poseer una gran solvencia económica, han hecho esfuerzos desesperados, colocando panorámicos, creando blogs, y no cejan en su encomienda de conocer qué les paso.

Periodistas
Gamaliel López y Gerardo Paredes, reportero y camarógrafo de Tv Azteca desaparecieron con  todo y unidad, un Chevy 2006, el 10 de mayo de 2007. Nada se ha vuelto a saber. Los parientes del “Gama” han preferido mantenerse al margen, mientras la familia de Paredes, con su hermano Juan Pedro como vocero, han estado metiendo presión para que se investigue el caso, a grado tal que la Comisión de Derechos Humanos emitió en el 2008 una resolución  entre la que destaca la siguiente recomendación: “Se giren instrucciones al procurador general de Justicia del estado para que se instruya al agente del Ministerio Público correspondiente a fin de que se inicie, continúe o agote las líneas de investigación que no se atendieron en la integración de la averiguación previa 35/2007-I-1, considerando los elementos descritos en la presente, para continuar con la investigación.”

Modelo
El sábado 12 de enero de 2008, el joven modelo regiomontano, Oscar Chavana Leal, que era acompañado por Daniel Treviño Rodríguez, Julio Alberto Josué López y Leonardo Garza, fueron interceptados al salir de la presa de La Boca, a donde habían acudido a dar un paseo en lancha. Ni de ellos ni de la camioneta que tripulaban se supo más, a pesar de que la madre del muchacho ha emprendido una cruzada personal para dar con su paradero.

Vaquero galáctico
Un joven que realizaba caracterizaciones callejeras para ganar unas monedas, es otra desaparición forzada que cobró notoriedad. Su nombre es Gustavo Castañeda Fuentes, de 27 años; sus padres, Amada Fuentes González, Gustavo Castañeda y la esposa del joven Olga Lidia Ramírez, no han cejado en su intento por saber qué fue lo que ocurrió. Para colmo, en este caso se acusa a la Policía Regia de ser quienes detuvieron en primera instancia al hoy desparecido. Cabe señalar que con él fueron abducidos Gustavo Castañeda Fuentes y Andrés Batres Sánchez, pero los allegados a estas personas han optado por una actitud más pasiva.

El niño
Por si fuera poco lo anterior, apenas el mes de mayo de este 2010, le tocó ser víctima un pequeño de tan sólo ocho años, quien por cierto es ciudadano americano, Brandon Emith Cantú Morales, hoy se encuentra desaparecido. Los hechos se dieron  en el municipio de Treviño N. L. mientras ocurría un ataque del crimen organizado. El niño  se trasladaba a Monterrey proveniente de la Isla del Padre, Texas, en el carro de unos amigos de la familia, mientras sus padres y hermana los seguían en otra unidad. La madre del infante pide desesperada que se lo devuelvan vivo o muerto.

Fenómeno recurrente
Pero el fenómeno de las personas que se evaporan repentinamente no se focaliza a una región ni se circunscribe a una entidad, existen miles de casos, cada año. En promedio, cien personas en cada uno de los estados de la república desparecen. Y a pesar de que muchas de ellas cuentan con un perfil alto y cuentan con trascendencia en la comunidad, lo que se hace para dar con su paradero es muy poco. Recopilamos en este trabajo, algunos de los casos más conocidos y publicitados, sin dejar de señalar que la gravedad del asunto es mucho mayor, si se toma en cuenta que muchas de estas desapariciones ni siquiera trascienden a los medios y ni siquiera son denunciadas.

Coahuila
Ser un experto en seguridad internacional no fue suficiente para que Félix Batista anticipara o evitara su abducción el 10 de diciembre del 2008, cuando por su propio pie subió  a una camioneta Cherokee, color blanca, a la salida de un hotel en Saltillo. Torreón, Monclova y Piedras Negras son otras ciudades en donde se ha convertido en un hecho frecuente los levantones de individuos de los que muchas de las veces ya no se vuelve a saber nada. Hasta el primer mes del 2010, existen 130 personas reportadas como perdidas. Entre los casos más sonados están la del ministerial Ramón Serrano, el periodista Rafael Ortiz, y el político-empresario marmolero, Pancho León.

Sinaloa
Además del periodista José Luis Romero, que desaprecio en diciembre del 2009, y cuyo cuerpo sin vida finalmente fue localizado después de su secuestro, está el caso de Alberto Vega y Francisco Bernal, jóvenes supuestamente privados de su libertad por militares en el municipio, El Dorado, Sinaloa.

Baja California
Juan Carlos Pérez Cano, el día 19 de abril del 2010, su esposa, Irasema Aguilar, hizo la denuncia por la  que se inicio la Averiguación Previa número LOR/017/HOM/0545/TUR-2/2010.

Guerrero
En Guerrero se siente enorme consternación  a pesar de que ya pasaron tres años sin saber nada del arquitecto  y promotor social Jorge Gabriel Cerón Silva, que fue privado de su libertad en el centro de Chilpancingo, el mes de  marzo del 2007. Miembro de una familia bien conocida por su honorabilidad y que desde su juventud destacara por ser un estudiante brillante.

Michoacán
Según la Asamblea de los Pueblos, sólo en el año han desapercibo cerca de 600 personas, lo que se antoja irreal, mientras otros grupos hablan de un centenar de personas que se esfumaron súbitamente sin razón. Aquí los casos más conocidos: Ramón Ángeles Zalpa, se le vio por última vez cuando salía de su casa en Paracho. Había informado sobre la delincuencia organizada y sobre un ataque armado contra una familia indígena por parte de una banda delictiva local, por lo que recibió amenazas anónimas en su casa dos días antes de desaparecer. La periodista María Esther Aguilar Cansimbe, fue vista por última vez el 11 de noviembre de 2009, cuando salía de su casa en Zamora, para reunirse con un contacto. Había estado informando sobre la delincuencia organizada y los funcionarios corruptos.

Nadie se ha puesto en contacto con la familia de ninguno de los dos para pedir rescate, y las investigaciones abiertas por la Procuraduría General del estado aún no han dado ningún resultado. Ya hace algún tiempo había sucedido algo similar, pues los periodistas Mauricio Estrada Zamora y José Antonio García Apac, desaparecieron en 2008 y 2006, respectivamente. Se supone que fueron secuestrados, pero nunca se les ha encontrado, ni se ha identificado a los responsables de su secuestro.

Veracruz
¡No hay dinero! Esa fue la escueta respuesta que el procurador de Veracruz, Salvador Mikel Rivera diera al padre del joven Mateo Erasto Callejas Pérez, de 24 años de edad, que fue secuestrado en abril pasado y del que como reiterativamente hasta la saciedad lo hemos redactado, “nada se volvió a saber”. Eso le dijo precisamente el 10 de mayo  pasado, por lo que no podemos dejar de recordar la fuerte exclamación de un padre en situación similar, Nelson Vargas, cuando lanzó un desgarrador “¡no tienen madre!”.

Yucatán
El doctor Delio Peniche Manzano, el joven José Elías Aguilar Nechar y el mecánico David Escárcega Montalvo, son tres meridanos cuyo paradero se desconoce desde el 13 de mayo de 2008. Los familiares del joven Aguilar aseguran que fue secuestrado por presuntos agentes de la Policía Judicial, que fue lo que alcanzó a decir a uno de sus parientes, por medio del celular, cuando era “levantado”. El doctor Peniche Manzano desapareció el 3 de noviembre de 2008, en los alrededores del Centro de Salud de la calle 67, entre 48 y 50 (Centro).

Estado de terror
El fenómeno de los desparecidos en Latinoamérica, desde hace décadas se ha dado más bien como una acto de terrorismo de estado hacia la sociedad, como un método represivo. Mientras que en el México actual se ha convertido en un acto cotidiano de miembros de la delincuencia organizada que operan impunemente ante la falta de una autoridad que le dé seguimiento a los crímenes y que asegure que se castigará a los culpables.

“Vivos se los llevaron, vivos nos los regresan”, era el lema de las madres de aquellos desaparecidos por la represión gubernamental, entre las que se encuentra Rosario Ibarra, hoy senadora de la república, cuyo activismo social se concreta a nunca  dejar de luchar por ese hijo al que jamás encontró, Jesús Piedra Ibarra. Aún hoy lleva prendido a su cuello un camafeo como recordatorio constante de su pérdida.

Sin duda que hay una percepción que estos delitos son muchos más de los que se denuncian. Y entre los parientes hay quien ha elegido sufrir en silencio su dolor y no reclamar ni hacer pública su frustración y su desesperanza. Pero en contraparte hay quienes como doña Rosario, no se cansarán jamás de luchar, para saber qué ha ocurrido con sus seres queridos. Esta desesperación les ha llevado, inclusive, a pensar en instancias internacionales que los apoyen en su cruzada para, dicen ellos, “mantener la memoria y buscar la justicia”

Varias de los las personas que se encuentran afectadas por estos hechos, han entrado en contacto con  un proyecto continental que engloba a diversos organismos y activistas de derechos humanos para el efecto. Se trata de crear una instancia para mantener vivo el recuerdo de los que se “llevaron”, poder conocer y recordar a las víctimas del narcoterrorismo.Y es donde podremos conocer también, quiénes fueron los secuestradores, torturadores, asesinos y dilucidar dónde están sus cómplices y encubridores.

Culpables todos de las desapariciones de miles de personas. Y hay que tratar de reconstruir, entender, analizar y apoyar a todos los afectados colaterales por estas desapariciones. Buscar, a toda costa, evitar que pase de nuevo. Lo mínimo que solicitan los afectados es que se forme una fiscalía especial que se dedique de tiempo completo a investigar estos casos, para que no se cierren y se olviden. Pues la impunidad actual, facilita que estos actos criminales no sólo se repitan, sino que vayan en aumento.

 

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