Obama lo está escuchando
Hugo L. del Río
Monterrey.- A muchos mexicanos no nos sorprendió la noticia de que el Presidente Obama está espiando al mundo entero vía teléfonos, Internet, correspondencia postal y, supongo, señales de humo. Los satélites son cosa del pasado.
Todos los Estados padecen de la misma enfermedad: una curiosidad insaciable por oler braguetas. La burocracia mexicana es un ejemplo tercermundista de esta proclividad por enterarse de cuántas tazas de café se toma al día zutanito o que dice la suegra de perenganito.
Orwell es un genio, desde luego, y nos advirtió desde sus islas brumosas, que “1984” es hoy, fue ayer y será mañana. Lo que asusta es la mano larga de las agencias gringas de espionaje, sobre todo la Agencia Nacional de Seguridad, ANS, frente a la cual la CIA es una tropa de boy scouts.
La ANS tiene varios centros de intercepción como el que opera en Augusta, Georgia, donde cuatro mil 007´s de hamburguesa y coca cola, quienes no se quitan los auriculares ni para ir al baño, se enteran de cosas tan graves para la seguridad del Estado como el pleito que tiene Mrs. Murphy con Mrs. Sullivan porque el perro hace popó en su jardín.
Y están invirtiendo mil 700 millones de dólares en un edificio de 90 mil metros cuadrados donde almacenarán la información. No me pregunte cómo porque no tengo la más puñetera idea.
Las conversaciones telefónicas, los correos electrónicos, todo el movimiento computacional suyo, mío, de mis colegas y los vuestros en Mongolia serán pronto intervenidos por una computadora ya casi terminada, que hará un trillón de operaciones por segundo. Obama nos dice (ahora sí que a todos, no solamente a su pueblo): “No se preocupen. Nosotros somos los buenos”.
Señor de los Tres Clavos: creo que los 166 infelices encerrados en Guantánamo sin siquiera saber de qué los acusan,algunos desde 2001, podrían darle contras al Mandatario.
Por mi humilde parte, me atrevo a decir que está equivocado el hermano Patrick Apel-Muller, director de L´Humanité, diario que fue fundado hace rato como órgano del PC francés. Dice el monsieur que el espionaje obamesco “es el combate ideológico más violento” de nuestros años: Granma, domingo 16.
El Departamento del Tesoro (Hacienda) de EU lo refuta: sus boys and girls ya se hicieron viejos espiando al Tea Party y a otros grupos conservadores tercos en amargarle la vida a Obama quien, como antiguo catedrático de Derecho Constitucional, se cuidó mucho de que sus versiones pecosas de James Bond no violaran ninguna ley.
Y pensar que al señor del Potomac lo descobijó un chamaco de 29 años quien ni siquiera terminó la Prepa: Edward Snowden, genio de la computadora, primero al servicio de la CIA y luego de la ANS, que recién lo despidió.
Espiáos los unos a los otros. Y qué decimos de nuestro gobierno: usan una especie de tubo que llaman “cañón”, con el que escuchan conversaciones sostenidas en voz baja a cuarenta metros de distancia del agente de espionaje.
Eso no es nada. “…En el futuro es posible que lleguen a leer, además de nuestro correo, nuestros pensamientos”, escribe James Bramford en El País.
