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1547 1 Abril 2014

 

Legislación fascistoide
Hugo L. del Río

Monterrey.- El Estado mexicano vende al mejor postor las concesiones de radio y TV. Así las cosas, ya sabemos quiénes aportarán más parné y cuál será el espíritu de la llamada reforma en las telecomunicaciones: Televisa quizás pierda uno o dos puntos de su hegemonía del 70 por ciento del mercado; igual podría sucederle a los aztecos.

La pomposamente llamada Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión –vulgo segunda edición de la ley Televisa– restaura la subasta como elemento central para otorgar concesiones. Suena como a oferta de verduleras. Y así es. La burocracia política tendrá que hacerle un espacio a Carlos Slim.

El Instituto Federal de Telecomunicaciones, Ifetel, en los estertores de la agonía, salió con la novedad de que Inbursa y Carso son agentes económicos preponderantes en materia de telecomunicación. Slim reviró: ¿cómo voy a ser agente económico preponderante en esa área si no tengo ninguna concesión?

Como sea, alguno bueno habrá tenido el Ifetel para que el cártel de la globalización lo reduzca a un simple adorno. Gobernación “vigilará” los contenidos de las emisiones hertzianas; la Secretaría de Comunicaciones y Transportes “cuidará” que se respeten las frecuencias y, en lo único que pudiera reportar algo bueno para lo que queda de México, la Secretaría de Salud se encargará de que la TV no difunda anuncios de medicinas milagrosas que curan el cáncer de próstata en dos días.

En mi pobre, personal opinión, la SS es de las pocas dependencias que procuran hacer la tarea. Pero ahora habrá que ver si la dejan. Hablamos de un mercado de 73 mil 790 millones de pesos, entre publicidad y contenidos. Goebbels sin duda aplaude, desde el infierno, esta fascistoide legislación, que será aprobada a más tardar el 25 de ese mes, gracias a una resolución de la Comisión de Radio y Televisión del Senado.

Para su eterna vergüenza, la bancada del PRD votó a favor,  pese a que su coordinador, Miguel Barbosa, la había declarado “inaceptable”. Y luego nos preguntamos por qué pierde la izquierda. Votaron en contra tres panistas. Javier Corral –quien se ha distinguido en esta desigual lucha contra la cúpula del poder y sus más efectivos instrumentos de manipulación: Televisa y Azteca–, Marcela Torres Peimbert y Gabriela Cuevas. Mi aplauso para estos tres panistas.

El hijo por nacer de Frankenstein “prohíbe” difundir propaganda política como si fuera noticia, pero no establece sanción alguna para el infractor. Se enlistas quince medidas dizque para evitar la preponderancia de alguna de las megacorporaciones, pero tampoco se considera ninguna acción efectiva para someter al duopolio.

Peña Nieto y sus empleados en el Congreso de la Unión se dicen muy inquietos y preparados para evitar la concentración de medios pero, dice Javier Corral: “no viene planteada en ninguna de las iniciativas limitar la concentración de funciones ni la propiedad cruzada de los medios”. Y agrega: “a la televisión no se le toca en este proyecto ni con el pétalo de una rosa”.

Ryzsard Kapucinski, el mejor reportero del mundo en la segunda mitad del siglo pasado, escribió: “El que controla la televisión controla el Estado”.

Resucitado, el autoritarismo a la mexicana comienza a ensayar el saludo romano de los fascistas alemanes e italianos.

hugoldelrioiii@hotmail.com

 

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