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1548 2 Abril 2014

 

El teatro de Alfonso Reyes
Eligio Coronado

Monterrey.- Alfonso Reyes es el paradigma del autor completo: su obra es tumultuosa. En poco más de 150 libros, abarcó casi todos los géneros posibles: poesía, cuento, ensayo, relato, teatro, crítica, reseña, semblanza, artículo, crónica, traducción, memoria, biografía, historia, filosofía, aforismo, didáctica, paráfrasis, testimonio, discurso, epístola, tratado, opereta y otros que él llamaba, acaso burla burlando: “juegos de pluma, orillas, relieves, gangas y flecos de obra”. Incluso inventó un subgénero: la jitanjáfora. Esto además de múltiples anécdotas, apuntes y notas.

Como ha dicho el filósofo español José Gaos: “(en Alfonso Reyes) hay muchas obras menores cada una sin género preciso: aquellas a caballo de fronteras, de mezcla de géneros, en que se funden con arte sumo ingredientes de los que cada uno sería propio de un género determinado (…); transiciones insensibles o saltos bruscos del discurrir del pensamiento al fingir o fabular de la imaginación” (“Alfonso Reyes o El Escritor enhttp://www.alfonsoreyes.org/escritor.htm).

Todo esto viene a colación porque hasta ahora las obras de teatro más conocidas de Reyes eran Ifigenia cruel (1923), Landrú (1929-1943) y Cantata en la tumba de Federico García Lorca (1937). Pero ahora su sobrina nieta Marcela del Río Reyes (Ciudad de México, 1932) ha localizado otras siete obras dramáticas en las 26 obras completas del Regiomontano Universal y las analiza en su tratado El teatro de Alfonso Reyes*.

En él, la autora agrega estas obras con sus respectivas fechas de origen: Lucha de patronos (1910), El fraile converso (1913), Égloga de los ciegos (1925), Canto del Halibut (1928), El pájaro colorado (1928), Los tres tesoros (1940-1955) y El escondite (1957).

Sin embargo, hay que señalar que dos de ellas ya las conocíamos (Égloga de los ciegos y El pájaro colorado) gracias a la antología Teatro completo de Alfonso Reyes que en 1989 publicara en Monterrey la Dirección de Artes Escénicas del ICNL y que compilara y prologara el catedrático de la UANL, Luis Carlos Arredondo Treviño. Dicho volumen, no citado por Marcela del Río,  incluía también a Ifigenia cruel, Cantata en la tumba de Federico García Lorca y Landrú.

La autora divide estas diez obras en cinco categorías: a) Drama – ensayo, b) Mimodrama – paráfrasis narrada, c) Drama – poema, d) Drama – relato y e) Drama - opereta – farsa detectivesca.

En la categoría “Drama – ensayo” incluye tres obras: Lucha de patronos, Égloga de los ciegos y Canto del Halibut, porque en ellas Reyes combina una función dramática y otra que busca una verdad (el ensayo). En Lucha de patronos “se enfrentan dos visiones del mundo: Homero vs. Virgilio” (p. 28). En Égloga de los ciegos “los personajes representan simbólicamente la civilización grecolatina y la cristiana” (ídem). Y en Canto del Halibut una tribu primitiva o bien decadente (…) suele embriagarse junto al mar en alguna celebración mágica o fiesta mística, y luego da muerte a un dios (el pez Halibut)” (p. 84). La segunda parte de esta obra incluye un comentario que la explica.

En la segunda categoría (“Mimodrama – paráfrasis narrada”) incluye dos obras: El fraile converso y El escondite, en las cuales Alfonso Reyes mezcla una función dramática con la pantomima. En El fraile converso “representa lo que les ocurre a los personajes de la obra Medida por medida (de Shakespeare; cursivas mías) después de que se cierra el telón final, pero sólo a través de la mímica” (p. 29). Y en El escondite recrea “el juego infantil de las escondidillas” (ídem.).

En la tercera categoría (“Drama – poema”), en la que Reyes fusiona estos géneros, la autora incluye las obras Ifigenia cruel y Cantata en la tumba de Federico García Lorca. Ifigenia cruel es autobiográfica porque en ella “Reyes expresa el discurso revelador de la angustia por su exilio en (…) España” (p. 30). Y en la Cantata… nuestro autorpatentiza su dolor por el asesinato del poeta granadino en 1936.

En la siguiente categoría (“Drama – relato”), Reyes simbiotiza estos géneros y a ella se incorporan las obras El pájaro colorado y Los tres tesoros. La primera “retoma (…) el argumento de la Caperucita Roja, con la referencia literaria maeterlinckeana del Pájaro azul” (p. 157). Y en Los tres tesoros “retoma el tema de una novela de Robert L. Stevenson” (p. 31). Dicha novela es The treasure of Franchard, en la cual un doctor pierde su fortuna en el juego y huye de París. Cuando la recupera, ya ha aprendido la lección y decide dedicarse a la ciencia.

En la última categoría (“Drama - opereta – farsa detectivesca”), donde Reyes resume estos géneros, encontramos la décima obra teatral: Landrú, basada en el asesino de mujeres Henri Désiré Landrú, quien confiesa que mata “por un deseo de dar rienda al placer, tal como el de los poetas que se  dejan llevar por la fantasía y se dejan caer en las tentaciones, a través de la ficción” (p. 190).
Finalmente, a todos estos textos dramáticos la autora los considera “anfibios” porque son “textos que caminan, navegan o vuelan avanzando por distintos géneros o poéticas simultáneamente” (p. 73).

* Marcela del Río Reyes. El teatro de Alfonso Reyes. Presencia y actualidad. Monterrey, N.L.: Edit. UANL, 2013. 224 pp. (Ediciones del Festival Alfonsino.)

 

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