HORIZONTE CIUDADANO
Migración sin derechos humanos
Rosa Esther Beltrán Enríquez

Saltillo.- Vivimos en un país colmado de conflictos, que ponen en juego la sobrevivencia y hasta la vida de los connacionales; pero no sólo los mexicanos, también las personas en tránsito, los migrantes centroamericanos se juegan la vida al cruzar por nuestro territorio y soy consciente de que no estoy diciéndole ninguna novedad.

Esta semana el tren “la Bestia” fue asaltado en Oaxaca y en el atraco murió un migrante y varios resultaron heridos; el fallecido fue arrojado del tren por los maleantes que cobraban “derecho de piso” a los viajeros.

Los estados del sur del país todavía más poderoso del mundo, los Estados Unidos, se declaran en alerta ante la ola migratoria que en 6 meses ha llevado a 160 mil migrantes al sur de Texas, en su mayoría niños y  adolescentes centroamericanos que fueron detenidos, lo que ha obligado al presidente Barack Obama a declarar estos hechos como una  “situación humanitaria urgente”, por lo que su gobierno, como en los casos de desastres naturales, ha implementado 3 albergues en bases militares de Texas, California y Oklahoma, en los que serán atendidos sólo los menores que viajan solos, que proceden de Guatemala, El Salvador, Honduras y México.

Oh, paradoja: son tantos los migrantes detenidos que los centro de detención están repletos, por lo que el gobierno federal estadounidense ha optado por dejar en libertad bajo palabra de que acudirán a un juez de inmigración a hombres y mujeres que cruzan con niños; por si fuera poco, el incremento de indocumentados ha superado la capacidad de la Patrulla Fronteriza, que no cuenta con suficiente personal para manejar esta situación. El Gobierno de Obama se ha visto rebasado por la oleada migratoria, tanto que resulta un hecho insólito.

Cálculos conservadores estiman que al menos 47 mil niños entraron solos a Estados Unidos entre octubre pasado y junio de este año. Pero de ninguna manera se puede pensar que el gobierno federal estadounidense o los estatales procurarán un trato humanitario y digno a los infantes indocumentados que son capturados.

Las organizaciones civiles defensoras de migrantes sostienen que los niños son mantenidos en condiciones de hacinamiento excesivo, sin atención médica; han padecido asaltos sexuales, golpizas, amenazas de muerte, insultos, encadenamientos, falta de comida y agua y carecen de representación legal. 

Preguntar a qué se debe este fenómeno no tiene mucho sentido; ¿cómo se atreven los adultos de los países de origen a exponer a los menores a los innumerables y hasta mortales peligros que encontrarán en el trayecto? Y los menores, ¿de dónde sacan fuerza para arriesgarse a emprender esa aventura, quién los entrena? Quizá los adultos piensan que igual se arriesgarán a morir de hambre o a manos de los Maras o los zetas si permanecen en sus hogares. Usted podrá argüir que en México eso no ocurriría; le sugiero piense que en México existen millones de familias que sobreviven con 1 o 2 dólares al día y decenas de miles de niños que han desparecido para ser vendidos como esclavos, entregados a la trata de personas.

Estamos ante una verdadera adversidad; no sabemos cuántos niños de los que aparecen hacinados en los centros de detención de Texas o California sean mexicanos; pero tampoco importa eso, lo importante es exigir al gobierno de Peña Nieto una intervención inmediata eficaz y efectiva para auxiliar a los infantes nacionales que puedan estar en los centros de detención estadounidenses para que asegure la defensa de sus derechos plenos, ¿Qué hace la Secretaría de Relaciones Exteriores, además de gastar nuestros impuestos en fiestas? ¿No podría José Antonio Meade negociar con sus pares de El Salvador y Honduras para concertar la seguridad de los menores?

Posdata
Felicitaciones a mi valiente amigo, Luis Alberto Zavala, quien al fin alcanzó su registro como candidato independiente para la elección de diputados locales; los ayatolas del consejo general del IEPC fueron forzados por el TEPJF a aceptar a Zavala Díaz, después de más de un mes de titubear e imponer obstáculos al ahora candidato.