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Abraham Nuncio

Hacer la Europa

Gama multicultural

No hago más que mirar. Un sartriano Antoine Roquentin en versión tenue . Estoy sentado en un bistro a ras de banqueta que tiene por atractivo unos aspersores para surtir a la clientela de agua en polvo.

Atenuado el calor con esa brisa, la mirada se hamaca en cada rostro, en la piel, las actitudes y movimientos de los transeúntes y ciclistas (muchos). Estrasburgo es, como otras civilizadas ciudades de Europa, una ciudad bicicletera. Veo a esta pareja, a un hombre de saco, corbata y portafolio, a aquella octogenaria, a un obrero tercermundista andar en su velo .

El sociólogo, con la vista hacia la céntrica estación Homme de Ferre ( influencia de Supermán , me digo), está lejos de la teoría. Todo se vuelve vivencia. Se trata de la multiculturalidad y la diversidad en dos piernas. La gama del oscuro pavonado al moreno, al moreno claro, al trigueño, al castaño, al castaño claro, al semi-rubio, al rubio apolíneo es un flujo constante que adquiere contornos de multitud. Una multitud donde se descubre a numerosas mujeres llevando a sus bebés caféconleche en las típicas carriolas.

En el Parlamento Europeo, el Consejo de Europa y otras sedes representativas semejantes, esa multitud tiene algunas de sus metáforas institucionales. Más evidentes y plenas se tornan en la dimensión popular del Festival de la Música que Estrasburgo celebra con otras ciudades y villas europeas. Del gospel a la salsa, de la salsa al candomble, del candomble al bolero, a la cumbia y el ballenato, al rock, a la nueva trova, al danzón, a Vivaldi y a Mozart. Y a cuanta mezcla resulte imaginable.

A esa mezcla cultural corresponde, en grado acaso menor pero efectivo, una mezcla étnica. Las colonias de asiáticos, africanos y latinoamericanos mantienen sus prácticas endogámicas; pero no deben ser tan acentuadas por lo que cualquiera como yo puede observar en la calle, en el autobús, en los grandes y pequeños centros de reunión; sobre todo en el metro donde este medio de transporte constituye el sistema circulatorio citadino. En algunos veo los rasgos de esa galería de tipos humanos pintados en el México colonial bajo la extraña taxonomía de castas . Es el principio de un nuevo mestizaje.

El éxito del euro tiene mayores costos culturales para los arios y su periferia ideológica situada, sobre todo, en los sectores conservadores y de derecha. El mercado y la concentración de la riqueza han producido un éxodo masivo de los países del norte hacia los del sur. La presencia de los inmigrantes les causa roña a los europeos más intolerantes; pero como comunidad multinacional y como región que se sabe enfrentada a otras en la disputa por los mercados, la mano de obra destinada a los trabajos más rudos y sucios, la juventud y la tecnología, en Europa crece la conciencia –o bien su sótano resignado– de la aceptación del otro. Esta conciencia se puede constatar en la vida cotidiana de sus ciudades más cosmopolitas. Incluso en situaciones con otros componentes generadores de fobias, la homosexualidad por ejemplo. (Continúa)