Y ¿en dónde está el humorismo político de nuestros días? Un recorrido por las páginas de los periódicos de 1957 nos lleva a muchas noticias interesantes. Por ejemplo, en ese año, los cigarros Elegantes patrocinaban una campaña de caricaturas de Abel Quezada, con el slogan de: El tapado fuma Elegantes . Aparecían varios individuos encorbatados y tras ellos, el cuadro del clásico tapado.

De ahí a poco, se hizo un llamado al público para que escribiera el nombre del tapado en una de la cajetilla de los cigarros Elegantes y la enviara a Abel Quezada. 1957 fue el año en que el favorito fue Ángel Carvajal, Secretario de Gobernación, pero el tapado verdadero fue el Secretario del Trabajo, Adolfo López Mateos.

El 17 de noviembre de 1957, el periódico El Porvenir nos traía una verdadera perla: según la revista alemana Der Stein , los altos dirigentes políticos de México consideraban a Cantinflas el enemigo público numero uno.

Refería la publicación que en ese año, los ingresos de Cantinflas eran superiores a los de Marilyn Monroe , lo que lo convertía en el actor mejor pagado del mundo.

De acuerdo con Der Stein , en México sólo había una docena de personas a las que Cantinflas no lograba hacer reír: los altos dirigentes políticos del país, objeto de los chistes del cómico. Para dolor de los caciques de la política, en la elección presidencial anterior, varias docenas de miles de ciudadanos habían escrito el nombre de Cantinflas en las boletas, a pesar de que no era candidato y se negaba a cumplir con tareas oficiales. Tal vez desde ahí viene la resistencia, que dura hasta nuestros días, de permitir las candidaturas ciudadanas. No vaya a ser que la democracia funcione y acabe con las nuevas élites .

La publicación alemana remataba con una sabrosa anécdota. En una ocasión, el Ministro de Guerra de España se hallaba de visita en México. Se sintió insultado por un chiste de Cantinflas, al grado de que, tomando del brazo al presidente de México, le preguntó: ¿por qué no detiene a ese hombre?, a lo que el presidente mexicano le contestó: si hago encarcelar a Cantinflas, sería la Revolución.

Y ahora en pleno 2007, ¿Anda por ahí algún cómico (voluntario o involuntario) que tenga los alcances de Cantinflas?