La Quincena No. 46
Agosto de 2007
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Semblanza de Nena Delgado

Mónica Lozano

En nuestra comunidad existen personas indispensables en cada oficio, personas únicas que enriquecen de diversas maneras nuestras vidas... En esta ocasión honramos a una de ellas, a Trinidad Delgado Valero, mejor conocida como Nena Delgado.

Actriz, con 45 años de carrera artística, la Nena Delgado nació en 1941, en la región de Salinillas cuya cabecera es Ciudad Anáhuac, Nuevo León, y nació cuando Salinillas era eminentemente región algodonera. Sin lugar a dudas, fue ahí donde se nutrió de lo mejor de su vida.

Para hablar de ella, tenemos que verla desde niña, porque su vida siempre ha estado plena de momentos, de emociones y detalles determinantes.

Nos cuenta Margarita su hermana mayor, que cuando tenía cerca de un año de nacida, pasaba largas horas recostada en cerros de algodón pizcado, y que su padre don Juan Delgado Solís, le jugaba bromas a su esposa diciéndole: “Quita a la niña de ahí, los pizcadores la pueden confundir con los capullos de algodón y se la pueden llevar”... ¡Ya ni la burla perdonas! –contestaba Cuquita– desde el fondo del jacal de adobe, techo de tule y carrizo en donde vino al mundo Trinidad Delgado Valero, Nena Delgado.

Y es que ella nació muy morena, como se dice en la jerga norteña, nació de color firme.

Y como una sabia ironía del destino, una de sus peculiaridades, es imprimirle mucha firmeza a todos los actos de su vida.

Nació de un matrimonio muy humilde pero iluminado de amor. Su madre con una bendición y un beso siempre en los labios. Su padre, como todos los hombres del campo mexicano, de mirada esperanzada y de una terquedad sublime. Don Juan apenas cursó hasta el segundo año de primaria, allá cuando se llevaba el silabario bajo el brazo. Fue un hombre de poca ilustración, pero de memoria extraordinaria y conversador incomparable. Don Juan amó como a nada sus tierras de cultivo, pero también hacía resaltar las cosas auténticas y bellas del estado. Eso fue quizá, una de las herencias más valiosas que le dejó a su hija. ¡Amar tanto a su patria chica!

Pero llegó el día en que tuvo que dejar sus cosas amadas: el jacal, la noria, la acequia y sus dos cubrevientos donde había pasado los primeros años de su vida. Llegó a Monterrey en 1947. Termina la primaria en la Escuela Cuauhtémoc y en la Escuela Profresor Plinio D. Ordóñez, cursa su secundaria, tres años paseando inquietudes, midiendo terrenos, buscando oportunidades de sobresalir y comenzando a hacer popular su nombre en distintas actividades, ella se las arreglaba para tomar parte en todas las fiestas de la secundaria: bailaba, declamaba o rompía record en alguna pista de atletismo.

Segura como nunca de sí misma y del camino que emprendería, se inscribe en la escuela Normal Miguel F. Martínez. Quiso ser maestra y lo fue como pocas. Durante más de 30 años, dedicada al magisterio, ayudó a que muchas generaciones de jóvenes nuevoleoneses alcanzaran el conocimiento y mejoraran como personas, son frecuentes las personas que se encuentran con ella por la calle y le dicen: ¡Maestra! ¡Yo fui su alumno!

En 1962 entra al teatro, y un mundo inconmensurable se abre a su vida, desde La zorra y las uvas , hasta 1967 hace teatro clásico y en ese mismo año se inicia en el teatro comercial hasta nuestros días. Pero fue el año 1991 el que marca para ella un camino teatral de éxito artístico y taquillero con la Obra Luto Flores y Tamales de un gran autor regiomontano Guillermo Alanís y en 1992 su nombre artístico queda plasmado en un teatro que inmediatamente pasa a ser el de más concurrencia: “Teatro Nena Delgado”. Fue una empresa regiomontana, Multimedios Estrellas de Oro la que acuerda que uno de sus teatros lleve el nombre de la actriz.

En ese mismo año Barcelona, España, le otorga el Laurel de Oro a la Calidad , México le entrega el premio a la mejor actriz de comedia en provincia y el estado de Nuevo León la hace merecedora a la Medalla al Mérito Cívico.

Y nuestra actriz sigue adelante incansable, montando obra tras obra con su compañía de actores que ella misma formara hace 25 años.

Luto, Flores y Tamales y La Mala Leche , marcaron un nuevo camino en el teatro costumbrista y quedarán para siempre en la memoria de todos aquellos que las aplaudieron.

Me detengo en el momento presente, en que nuestra homenajeada con su memoria privilegiada tiene varias puestas en escena para ser representada en cualquier momento; y porque sé que el gusto y el cariño del público, el éxito y la permanencia en el escenario son misterios que se le han entregado sólo a una persona: Nena Delgado. ¡Felicidades y Enhorabuena!