La Quincena No. 47
Septiembre de 2007
contacto@laquincena.info


Director:
Luis Lauro Garza

Subdirector:
Mario Valencia

Mesa de Redaccion:
Tania Acedo, Luis Valdez

Asesor de la Direccion:
Gilberto Trejo

Relaciones Institucionales:
Abraham Nuncio

Coordinador de Cultura:
Adolfo Torres

Comunicación e Imagen:
Irgla Guzmán

Asesor Legal:
Luis Frías Teneyuque

Diseño:
Rogelio Ojeda

Fotografía:
Erick Estrada y Rogelio Ojeda

Ilustraciones
:
Chava

Distribución:
Carlos Ramírez

Internet:

Cartas a La Quincena

 

José Luis Tejeda denuncia asalto y hostigamiento

 

El día 12 de septiembre en la madrugada fui objeto de un asalto en una de las calles de la ciudad de México, en la avenida Acoxpa, al sur de la metrópoli, para ser más preciso. Se me había ponchado la llanta del carro y me encontraba cambiándola cuando se detuvo un automóvil del que bajaron dos sujetos pretextando que me ayudarían. En esas estábamos cuando uno de ellos me amagó y me obligó a darle mis pertenencias. El incidente podría no ser relevante si no fuera porque uno de los tipos dijo que me conocía y que era profesor universitario. En semanas pasadas tuve un percance en Monterrey, Nuevo León, que traté de denunciar ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos. No quisieron levantar la denuncia porque me dijeron que se trataban de presunciones no comprobables y no había involucramiento directo de un funcionario público. El día 12 de agosto, en la mencionada ciudad de Monterrey, gente no identificada me estuvo siguiendo durante la tarde. En un centro comercial Soriana, donde me encontraba haciendo unas compras, se metieron unos tipos y se dirigieron hacia mí en una actitud provocadora y hostil. Simple y llanamente los ignoré, porque sabía que se trataba de una clara provocación. No era la primera vez que ocurría y tampoco ha sido la última. En un par de sitios públicos, en restaurantes, plazas y centros comerciales se han dejado ver sujetos y grupitos en actitud de provocación hacia mi persona, sobre todo en lugares que frecuento con cierta regularidad. Hace varios meses, en la ciudad de Morelia, Michoacán, un tipo se me acercó y me lanzó una amenaza directa. A finales del 2005, en el puerto de Veracruz, viví un momento penoso, porque estuve detenido 11 horas y me querían fabricar delitos, como el de haber ultrajado a la autoridad. Todo empezó cuando dos tipos me estuvieron fastidiando en un sitio público del puerto. Desde hace tiempo y por momentos se me está hostilizando y molestando, no sé con qué propósitos e intenciones.

Desde hace tiempo he llegado a considerar que este país está involucionando hacia un tipo de régimen mafioso y policiaco, o que en algunos segmentos se manifiesta dicho comportamiento, con la anuencia y complicidad de las camarillas de poder de los diferentes partidos políticos. Han instalado cámaras de video por muchos lados, están interviniendo teléfonos, emails y comunicaciones privadas. Los sistemas de espionaje anulan e inhiben las posibilidades de una acción democrática auténtica e independiente. En el DF han impuesto la instalación de un sistema de localización para los automóviles. Ahora se ha manifestado una huelga de taxistas en la ciudad de Nueva York, reclamando el derecho a la privacidad, en lo que parece otra dimensión de la lucha democrática a nivel mundial. La autoridad está en condiciones técnicas de rastrear cualquier individuo, detectarlo y localizarlo. Eso nos vuelve sumamente vulnerables ante el poder y nos deja expuestos a toda clase de abusos y tropelías. Entre la violencia criminal que ha crecido en el país y los rasgos de un régimen como el que se está esbozando, los ciudadanos quedamos entre la espada y la pared. Si no denunciamos y decimos claramente lo que está pasando, al rato no vamos a poder expresar siquiera una opinión o un punto de vista, sin recibir una represalia, advertencia o cualquier código oscuro de un tipo de poder que puede escapar a todo control social y ciudadano. Soy un escritor y un profesor universitario que mantiene una posición independiente y trabajo para que el proceso democrático se asiente y se profundice. Me preocupa lo que está ocurriendo, dada la ubicación de México en la compleja relación de Estados Unidos, Cuba y América Latina. Las tendencias en el vecino del norte van en el sentido de edificar un Estado policiaco totalitario, pretextando que se combate al terrorismo y la inseguridad pública. De Cuba sólo hay que recordar que se trata de la última dictadura del hemisferio occidental. Ahora la izquierda produce dictaduras y regímenes autoritarios siguiendo el mal ejemplo del chavismo. Aquí el cambio democrático se ha detenido y en lugar de ello se está configurando un régimen de mafias y camarillas que pretende anular y aplastar a los ciudadanos que no comulgan con sus intereses y que les estorban para sus asuntos turbios. Desde hace algún tiempo estoy escribiendo un libro sobre la ciudadanía y los obstáculos que se están poniendo para su desarrollo. No sé si el hostigamiento de que estoy siendo víctima tenga que ver con la temática que estoy tratando o si molesta mi posición autónoma sobre los problemas nacionales. Desconozco quién o quiénes son los responsables de lo que me ha estado ocurriendo y que se puede considerar como un acoso contra mi persona. El asalto cometido el día de hoy pone las cosas en otra dimensión, porque ha estado de por medio mi seguridad física. Mi reclamo es para que se garantice el ejercicio de la libertad de la expresión y la seguridad de quien emite una opinión y cese toda acción de acoso e intimidación a mi persona. Hago responsables de cualquier cosa que me llegué a ocurrir, por omisión o por comisión, al Estado mexicano, que debe velar por la protección y la seguridad de sus ciudadanos, al gobierno federal, a la Secretaría de Gobernación, al ejército y los servicios de inteligencia, a los gobiernos estatales del DF, Nuevo Léon y Veracruz (por ser los lugares en los que vivo, que visito con regularidad y donde se han presentado incidentes lamentables).

12 de septiembre de 20007.

* José Luis Tejeda estudió sociología en la UANL, y actualmente reside en la ciudad de México.