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mazatit

  • El Buen Samaritano y el Poeta de las Bofetadas
  • El Caballero de Los Leones que llevamos dentro

mazaEste fin de semana le di una repasada al espléndido libro de Manuel Vázquez Montalbán, basado en la entrevista que le hizo al sub comandante Marcos en 1999 y que tituló "Marcos: el señor de los espejos". El señor de los Espejos, según entiendo, sea quien fuere, venga de donde viniere, páguele quien le pagare, es una voz, escuchada en todo el mundo, de los indios, de los más pobres de los pobres, no sólo de Chiapas, sino del Planeta, una voz cósmica, encapuchada, como están encapuchados por el olvido, por el racismo, por el odio, por el egoísmo, por la exclusión, todos los pobres de la Tierra. Se presenta como el portavoz del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que ha llegado a constituirse en el único canal de comunicación del pensamiento único, como un fenómeno mediático real, presente en el presentísimo de Chiapas y de México, y de la izquierda que sólo es representada en la parábola evangélica del Buen Samaritano. Si usted, amigo lector, se toma la molestia de leer o releer la parábola del Buen Samaritano, comprenderá lo que afirmo.
Vázquez Montalbán me redescubre lo que yo ya sabía desde que comenzaba a salir de la adolescencia, por vivencias personales, por prolongados acercamientos trabajando con comunidades y pueblos de Los Altos y la selva –me duele la selva, a la que le arrancaron sus palos de caoba, de cedro, de matilixhuate, de sonoro hormiguillo, sus maderas preciosas, sus orquídeas negras, espléndidas, elegantes, arrobadoras, y la convirtieron en un manto feo de acahuales y, si hubiesen podido, hasta la habrían pavimentado toda- de lo que ocurría y sigue ocurriendo en Chiapas, en donde la Revolución Mexicana se hizo al revés para dejar intactas las estructuras coloniales y latifundistas, los cacicazgos con sus guardias blancas, el sistema de mercadeo-robo de los caxlanes a los indios. La figura de Marcos, en el Marcos de Montalbán, es central, no es un ser humano, sino un sín-bolo (el lado positivo de la negatividad que siempre ha sido la causa de los infortunios de los chiapenses)
Me llaman la atención las afirmaciones que de Vázquez Montalbán a su entrevistado: "Tal vez os juzgue desde la pos-posmodernidad... Hay una necesidad actual de retorno a una nueva idea de modernidad; es decir, nueva idea de progreso, nueva idea de una manera de hacer política. En ese sentido vosotros (el EZLN) sois algo así como la resultante de esa insatisfacción y el comprobante de que se pueden hacer las cosas de otra manera... Si lo que habéis hecho vosotros de poner en cuestión éticamente a la sociedad mexicana y a la sociedad y el capitalismo, lo hubiera hecho un congreso de jóvenes filósofos, hubiera sido una anécdota cultural más. Que lo haya hecho un movimiento armado que renuncia a la victoria armada, y que recurre a la palabra, a la discusión, a la persuasión y al mensaje, eso ha sido una prueba misma de que la historia no se ha parado. En ese sentido legitimaba la única frase progresista que dijo Paz en los últimos años de su vida. Cuando se cayó el Muro de Berlín, dijo: "Algunas respuestas han fracasado, pero siguen planteadas las preguntas"...
Dice el periodista Wilson García Mérida que de esta guerrilla, tan simple y a la vez tan honesta, surge esa vitalidad de un pueblo que, más que luchar por ganar, nada tiene ya qué perder. El zapatismo ya ganó con el simple hecho de gritar, de hacer escuchar su voz; ya ganó, pues ya no les quedaba nada: la partidocracia de 80 años les había arrebatado todo. Y siguen firmes al proclamar que el zapatismo no lucha por el Poder, pues creen insobornablemente "que el Poder pudre la sangre y oscurece el pensamiento". Y yo digo: el poder es el sinónimo más perfecto de la corrupción. Decir poder es decir corrupción. O como lo dice el maravilloso Gabriel García Márquez: Detrás de toda fortuna (de toda), siempre hay un burro muerto". "Yo soy como soy y tú eres como eres; construyamos un mundo donde yo pueda ser sin dejar de ser yo; donde tú puedas ser sin dejar de ser tú, y donde ni tú ni yo obliguemos al otro a ser como tú o como yo", le reitera el "Sup" al escritor español.
La estrategia no tuvo ni tiene como fin la captura del Poder, sino la transformación democrática del Estado y la sociedad, profundizando el sistema participativo desde la perspectiva indígena como un referente hegemónico dentro la Sociedad Civil. En carta dirigida a los jefes maoístas del EPR en el 96, Marcos criticó la estrategia autoritaria de la izquierda siniestra: "Ustedes luchan por el poder. Nosotros por democracia, libertad y justicia, que no es lo mismo. Aunque ustedes tengan éxito y conquisten el Poder, nosotros seguiremos luchando por democracia, libertad y justicia. No importa quién esté en el Poder, los zapatistas están y estarán luchando por democracia, libertad y justicia".
El sentido de renunciación, el desdén por los privilegios que da el Poder, se han convertido en actitud rutinaria. Marcos se niega a encabezar asambleas civiles aclarando con firmeza que "ninguna asamblea ciudadana debe ser presidida por gente armada". Y habla de los fusiles zapatistas como instrumentos de muerte que "aspiran a ser innecesarios". Pero esto me lleva a creer que los fusiles están hoy enterrados en lugares incógnitos y herrumbrándose y que no volverán a ser utilizados, porque el proyecto de liberación que hizo su presentación en público en la noche del 31 de diciembre de 1993 y la madrugada del primero de enero de 1994 ha avanzado y a creado un hombre nuevo no sólo en las zonas zapatistas, sino en muchas regiones de México y del mundo y ha alimentado el pensamiento y la imaginación de los indios de América Latina, que se viene moviendo en el sentido de las manecillas del reloj, a pesar de las amenazas del Imperio, en donde también comienzan a respirarse aires renovadores, que suplantaron de tajo a Milton Freedman por John Mainard Keynes, a los Chicago Boys por los economistas de Berkeley, y El Capital, de Karl Marx, el más serio tratado de ciencia económica y método.
Los aires zapatistas de mandar obedeciendo, de paz con justicia y dignidad ventean por todo Latinoamérica: Brasil, Argentina, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Uruguay, y por Nicaragua, El Salvador y hasta Guatemala. La voz de los sin voz se ha vuelto cibernética e inunda el espacio sideral, cósmico, tanto que cuando se pronuncia la palabra Chiapas, puede ser que en Europa, en Asia, en la Antártica, en Australia, no sepan que es un estado de México, pero la conocen y saben que Chiapas es paradigma, la oferta sin-bólica de una revolución interior que se procreó entre los ralos bosques de la Selva Lacandona y en los altiplanos y montañas de Los Altos. Recordé mis lecturas adolescentes de las obras de Aldous Huxley, pero particularmente de esa aventura del poeta de las bofetadas, Alonso Quijano, el cuerdo que volviese loco por amor a un ideal: Dulcinea, que es el icono de la humanidad dolorida, sufrida de entuertos y desventuras. Pero que tiene en el Caballero de Los Leones que lleva adentro la esperanza de un nuevo mundo.

QUÉ HACEMOS CON LA TIERRA

  • El Año Internacional del Planeta Tierra
  • ¿Ya nos dimos cuenta que vivimos en él?

Estamos, los seres humanos, el último eslabón de la cadena de la vida después de que animales irracionales y vegetación vivieron y se desarrollaron por millones de años, destruyendo a nuestra madre, la Tierra. Ésta es una obviedad que todo el mundo reconoce, que todo el mundo proclama y plantea detener, pero que no hace mucho, lo suficiente, para que la destrucción se revierta. Es como el alcoholismo o el melilotismo (la esencia de la pendejez, del jilipollismo), una enfermedad incurable, progresiva y mortal, porque hacemos el mal que no queremos y dejamos de hacer el bien que en el fondo queremos: mantener el equilibrio con la naturaleza, con nuestra casa común, y nuestra ecología y arqueología interiores no pueden lograr que respondamos, que seamos responsables pues, y dejemos de actuar a contrasentido, destruyendo al Planeta y poniendo en grave riesgo la vida.

Ecologistas, izquierdistas, activistas sociales, organizaciones supranacionales, gubernamentales, no gubernamentales, instituciones de educación realizan constantemente campañas declarativas o acciones de concienciación, pero nada cambia. El mundo sigue su marcha fatal hacia el calentamiento global, por ejemplo, que ha trastocado todo, el clima, los ciclos temporales de siembra y de cosecha, la flora, la fauna y, como vamos, en cualquier momento veremos trasmutaciones genéticas en el organismo humano, que ciertamente no serán signo de progreso, sino de degradación, enfermedad y mortandades, más dramáticas aún que las matanzas que hasta ahora las grandes potencias perpetran en diversas regiones del mundo, como Irak, Afganistán, Darfur entre otras, o las represiones sangrientas de los gobiernos dictatoriales en el Medio Oriente o en Asia Central.

México no está salvado. Estamos muy preocupados por lo que dicen de nosotros desde el Imperio, desde el Departamento de Estado o el de Defensa, el Pentágono, la CIA y otras instituciones imperiales, pero no nos detenemos a pensar, a reflexionar sobre que tal vez tengan razón y los mexicanos estemos acercándonos al borde de un precipicio sin fondo. No sentimos la crisis. Claro. No la sentimos porque ya nos habituamos a vivir en las crisis de todo tipo: crisis de valores éticos, principalmente. Recesiones espirituales, inconsciencia individual y colectiva ante nuestros infortunios, que nos llevan a autorizar tiraderos de materiales tóxicos cerca de núcleos de población importantes, o a abrir minas a cielo abierto en donde otrora, y no hace mucho, florecía una vegetación exuberante, como ocurre en la parte suroriental de Chiapas, en donde la tierra está siendo explotada inmisericordemente y por extranjeros. La situación vulnerable del sistema de los servicios para la salud ciertamente es más grave que el narcotráfico. Las clínicas, los hospitales, no sólo no bastan para atender a una población cada vez más empobrecida, sino que la infraestructura que se ha levantado no tiene las herramientas indispensables para atender la demanda de salud, lo que se puede corroborar en el Seguro Social, en donde la burocracia y la gran demanda de servicios vuelven locos a los médicos que se ven impotentes para detener la enfermedad y la muerte.

En este escenario, suceden cosas interesantes, que ojalá tuvieran eco tanto en autoridades gubernamentales, entre los capitanes de las finanzas y las empresas y entre los núcleos de opinión y liderazgos. Para conmemorar el "Año Internacional del Planeta Tierra (AIPT), 2007-2009", decretado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Universidad Nacional Autónoma de México, a través de su Comité Nacional del AIPT, organizó lo que ella llama GEOTHON, que no es más que gran carrera de Gea, la madre Tierra.

Con la finalidad de celebrar la Historia de la Tierra, y recordar su edad, 4,500 Millones de años, los participantes corrieron una distancia de 4.5 km. Al finalizar la carrera, no sólo cruzaron la meta, sino conocieron los diferentes momentos y eventos que constituyen la evolución de nuestro planeta; cada paso significó recorrer un millón de años. Esta carrera recreativa y educativa estuvo dirigida a estudiantes, académicos, administrativos, escuelas incorporadas a la UNAM, ex alumnos y familiares de la comunidad Universitaria y se realizó el pasado sábado 24.
Interesante y divertida forma de hacer que, por lo menos los participantes, entren en un estado consciente respecto del peligro que representa la acción depredadora del ser humano contra su propia casa. Bueno. Si no cuidamos nuestra casa interior, nuestra ecología interior, menos vamos a cuidar la casa común, la ecología del mundo. Pero acciones como la organizada ayer por la UNAM pueden servir un poquito para el cambio de juicios y actitudes de los individuos humanos. Somos parte de un todo, del nuestra Tierra, en donde, además de destruirnos mutuamente, mediante guerras, invasiones, matanzas, estamos entrando en un submundo en donde por necesidad nuestro fin es el dolor y la muerte. Y las cosas no son así. Esta casa común es una belleza, un reflejo de la Belleza Increada. Al finalizar la carrera, se entregó la estafeta de celebración a los organizadores del "Año Internacional de la Astronomía".
Y decía divertida forma de concienciar porque los participantes en la carrera lo hicieron por categorías: el Cenozoico (hasta de 30 años), el Mesozoico (de 31 a 40 años), el Paleozoico (de 41 a 60 años), el Pre-Cámbrico (de 60 años en adelante). Jajajaja. Espléndida idea. Pero la pregunta permanece sin respuesta: ¿Qué hacemos con la Tierra? ¿No podemos, por un momento, pararnos, detener esta loca carrera por el dinero, por el poder, por el prestigio, y sentarnos, sólo sentarnos, a la orilla del río y ver, sólo mirar, mirar, cómo corre el agua? Sentarnos, sin pensar, sin imaginar. Sólo contemplando la armonía del Universo que estamos destruyendo…

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