¿Diputados o rufianes?
Esto ya es el colmo

Cuando yo era joven uno presumía ser hijo de un diputado porque daba caché, yo hasta me ligue a una novia con el pretexto, aunque visto hacia atrás me muero de vergüenza: ¿qué pensará ella de mí? Ahora dice el chiste que cuando hablaban de la profesión de los padres Pepito prefirió decir que su papá baila en un table dance de gays, porque le da vergüenza decir que es diputado.

El nuevo suceso donde los diputados le tomaron protesta para que asumiera la diputación al ahora diputado Godoy es por lo menos para horrorizarnos, aunque en este México ya hemos perdido el sentido del asombro.

Cuando el gobierno dio el michoacanazo para distorsionar las elecciones locales, encarceló a un buen número de presidentes municipales y acusó al diputado electo, éste huyó y un juez le quitó sus derechos políticos, con lo cual perdía el derecho a asumir la diputación. Se me ocurre que si era inocente no debió haber huido, claro que en un país donde eres culpable hasta que el gobierno quiera esto es riesgoso –véase el caso de las dos indígenas que secuestraron a unas bestias que cobran de policías y estuvieron encarceladas hasta que el gobierno quiso. Hoy casi todos los culpables de la redada michoacana han salido de la cárcel porque no se les demostró la culpabilidad, como sucede con muchos de los sospechosos que la policía detiene y muestra públicamente en unos montajes que pueden ser la envidia de los estudios Churubusco.

El neo diputado entró al recinto igual que Calderón por una puerta secundaria, en este caso escondido en el automóvil de un diputado petista –es incomprensible lo bajo que han llegado los maoístas de ayer y oportunistas de hoy-, lo escondieron los perredistas durante dos días, me imagino que mientras se negociaba su toma de posesión, y finalmente con seguridad juró que cumpliría con la constitución. Un malintencionado podría decir que no hay diferencia entre Calderón y Godoy, ambos asumieron vergonzosamente, entraron por puertas secundarias y se erigen en gobernantes legítimos que nos enderezan lecciones de moral. Estos desalmados ya ni la burla perdonan.

Siguiendo las distorsiones mexicanas, un civil acusado y con orden de aprehensión adquirió fuero como diputado no obstante que la acusación es de un supuesto delito cometido antes del fuero, con lo cual el fuero no entra en operación. El fuero es para proteger a los legisladores para que ejerzan su puesto con toda libertad, no es para solapar crímenes y delitos. Si un diputado delinque y algunos lo hacen con frecuencia, la ley debe aplicarse con todo rigor, y no seguir un proceso de desafuero que cae en el terreno de la negociación legislativa; en otras palabras, se maneja en la agenda de las complicidades, porque se comportan más como pandilleros que como gobernantes.

Hay varias consecuencias que deben desprenderse de este hecho. El diputado que lo condujo y protegió sabiendo que había una orden de aprehensión en su contra es cómplice y debe ser acusado de proteger a un delincuente, y como abusó del fuero, lo menos que debería suceder es que se iniciara un juicio de desafuero contra el diputado Narro del Partido del Trabajo.

El hermano –gobernador- del ahora diputado acusa acoso inusual contra su hermano y así prepara el terreno para que asuma la diputación. ¿O nos dirá que no sabía que se estaba preparando una negociación para darle protección legal a un tipo acusado penalmente? ¿Cuál es el acoso usual señor gobernador? ¿Acaso en su gobierno los acusados de cometer delitos tienen acosos de otro tipo?

El presidente de la cámara dice haberle tomado la protesta por no tener otra salida. En ese caso los ciudadanos merecemos que se nos informe en qué consiste no haber otra salida. Que nos digan cómo se negoció que la seguridad dejara de revisar cajuelas en el recinto legislativo. Podemos suponer que así como metieron de contrabando a una persona pueden meter cualquier cosa y eso también incluye la posibilidad de sacar, con lo cual tenemos el derecho de sospechar que en ese recinto se cometen actos ilícitos.

Los diputados fueron electos –y algunos ni eso- para promover los intereses de sus distritos, de sus estados y del país. La idea nunca fue que usaran el puesto para promover sus intereses particulares y mucho menos que se comporten como una caterva de facinerosos o miembros de una cofradía.

Los políticos han dado una muestra de que no tienen remedio ni moral. Ellos se preparan para el 2012 y lo mismo debe hacer la sociedad: desde ya se debe preparar la abstención electoral masiva para que no tengan a quién decir que representan. A la mejor así corrigen sus actitudes.

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