692 17 Diciembre 2010 |
ANÁLISIS A FONDO ¿Está ‘liquidado’ el cártel de ‘La Tuta’? GCI Lectura Política, dirigida por el maestro Alfonso Zárate, acaba de presentar a sus lectores un amplio análisis que titula “En Familia...La Batalla por Michoacán”, que da pistas puntuales para entender el fenómeno de una organización presuntamente criminal; oficialmente criminal, pero, para muchos de sus integrantes y líderes, es un movimiento con una causa social y política, que porta un discurso redentor y seudo-religioso, con el que adoctrina a sus miembros y seguidores, muchos jóvenes rehabilitados. Lo dice La Tuta en la grabación más reciente –la difundida por el consorcio Televisa-: “Estamos en una causa justa, una causa social […] Ellos [los del gobierno federal] piensan que así de esta manera se van a meter a Michoacán o que a nuestro pueblo lo van a ocupar; pues están equivocados; nosotros somos una familia, mostremos unidad”. Simultáneamente, la organización muestra una fuerte decisión para penetrar los espacios de poder público, de mezclarse con la política institucional. La Familia guarda —por intereses, convicciones o temores— relaciones y afinidades con algunos sectores de la sociedad. Aunque las marchas “ciudadanas” no pueden tomarse como un referente indiscutible de ese apoyo social hacia la organización, pueden ser considerables si se toma en cuenta que —no sólo en Michoacán y no sólo este cártel— los narcos se constituyen en verdaderos ogros filantrópicos: construyen escuelas, iglesias, parques; financian fiestas religiosas y laicas; crean fuentes de empleo y activan economías locales… De hecho, según el mexicanólogo George Grayson en un estudio preparado para el Instituto de Estudios Estratégicos (ISS), del Colegio de Guerra del Ejército estadunidense, intitulado La Familia, Cártel de Drogas: Implicaciones para la Seguridad de Estados Unidos y México, este grupo criminal, que se ha extendido a estados vecinos de Michoacán y mantiene una alianza con el cártel de Sinaloa, ha logrado establecer una “doble soberanía”; es decir “que, paralelamente al gobierno electo, se encuentra una arcoadministración que genera empleos (en el cultivo y el procesamiento de drogas); mantiene el orden (represión de cárteles rivales); realiza funciones cívicas (repara iglesias), cobra impuestos (extorsiona a empresarios) y vigila a los recién llegados.” Se trata, pues, de una Familia de cuidado, una organización criminal con aspiraciones redentoras y justicieras, con estrategias de lucha singulares, con fines políticos y sociales… que alimentan el fantasma de la narco-insurgencia. http://analisisafondo.blogspot.com/
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