893
27 Septiembre 2011
15diario
SIGUENOS ENFacebook twitter
The Web

Fascinación autoritaria
Carlos Manuel Sabines

Ciudad de México.- En el tablero de San Lázaro están dos fichas de enorme tamaño; una, es la Ley de Seguridad Nacional, y otra, muy reciente, es la iniciativa que envió Calderón sobre el Código de Procedimientos Penales.
 
La primera ha sido combatida ferozmente por la gente que, permítaseme la licencia, piensa que México no es merecedor de una ley que propicia la bota militar, el estado de excepción, la anulación de las garantías individuales, por la vía de la represión, de la vigilancia de las llamadas telefónicas, de la violación de sus derechos humanos y un largo etcétera que agravia la cotidianeidad de los mexicanos.
 
La segunda, acabamos de comentarla hace unos cuantos días, con la que se trata de meter por la puerta de atrás lo que por la primera no se ha podido y no se podrá, porque las fuerzas y el entorno político no lo permiten. Se trata de revisar y videograbar a personas y vehículos, uso de llamadas telefónicas entre particulares y formar cuerpos de agentes infiltrados, para operaciones encubiertas. Exactamente igual que en la primera ley, pero con diferente portada.
 
Calderón sin duda es tozudo y torpe, cree que los mexicanos somos ciegos y no entendemos de nada; está totalmente equivocado.
 
En el mismo sentido, daño colateral dirá el inquilino de Los Pinos, un general, jefe de la zona en Baja California se permite la libertad de gritarle al secretario de gobierno para decirle que es corrupto y borracho, sin mayor prueba de la que esgrime con la 45 en la mano. Esto es un anticipo de lo que pasaría si se pusiera en vigor cualquiera de las dos leyes en comento; el abuso de las fuerzas castrenses sin dar cuentas a nadie de su proceder. ¿Estos son los militares que resguardan a los mexicanos?
 
Por otro lado aparece la servidumbre, la falta de valor civil del gobernador de la entidad, que debió defender, por principio, la autonomía del estado que dizque gobierna; sacar la cara, si es que la tiene, por sus subordinados, al margen de que después le corte la cabeza, si es que procede.
 
Desde ahora y sin leyes que los protejan aún más, los militares sacan las uñas de esa manera; ¿qué sería con leyes que prohijan esos lícitos? ¿Para eso quiere Calderón que se aprueben leyes que confrontarán a los mexicanos con las fuerzas armadas?; ¿para justificar y explicar ilícitos?; ¿para violar derechos humanos y garantías civiles? Es indudable la proclividad y la fascinación que la milicia autoritaria ocasiona en Calderón.

 

 

 


¿Desea dar su opinión?

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 
Evento

quincena90

quincena89

quincena88

 

 
15diario  
© Luis Lauro Garza Hinojosa