QUINCENA AFORISMÁTICA
Humberto Salazar

1.  No desearás el aforismo de tu prójimo, así sea el del profesor de filología Friedrich Wilhelm Nietzsche.

2. Me gustas cuando callas porque estás como ausente… / Y parece que un aforismo te sellara la boca...

3. Para escribir aforismos se requiere, sobre todo, madurez. ¿O era candor? En realidad no sabemos muy bien… aunque intuimos que algo se requiere.

4. Lo bueno de ser hombre es que no se es mujer. Lo malo es que, al ser hombre, no se es mujer. Lo mejor sería conocer una y otra forma de ser.

5. No es cierto, Mr. Hobbes, que los hombres tengamos un afán incesante de poder que sólo cesa con la muerte. También las mujeres.

6. No es cierto que los hombres y las mujeres tengamos un afán incesante de poder que sólo cesa, o cede, con la muerte. Ya con el simple hecho de enfermarnos como que se nos va debilitando.

7.  Es cierto que la belleza es pasajera, efímera, algo generalmente engañoso, y que los aspectos más valiosos del ser humano a veces andan medio escondidos entre los entresijos del alma. Pero ¿y si no tenemos tiempo suficiente para descubrir esos tesoros? ¿No será una buena idea dejarnos guiar por la belleza evidente, epidérmica, cuando nos estraga el juicio a simple vista?

8. ¿Que cómo puedo ser misógino si mi madre, mi esposa, mis hijas y mi hermana son mujeres? Batallando, pero puedo.

9. Si no creo en Dios es por falta de fe, no por falta de ganas.

10. Por la mañana: ponerse corbata y saco, portafolio y plumas. Y un recadillo sobre el alma que nos recuerde: “¡Ser bueno!” Porque apenas se descuida uno tantito y ya está actuando como un cretino. ¡No se puede confiar ni en uno mismo!

11. Aunque no soy creyente, todos mis actos son morales, porque se derivan de predicamentos morales y se construyen como juicios personales. Eso me dejó mi lejana infancia luterana.

12. No importa que el tiempo pase, inexorablemente, y nos estemos volviendo cada día más viejos y más tontos. Y aunque importara, ¿qué podríamos hacer? Precisamente por eso es que no importa.

13. Sobre las ideas o creencias de la gente se puede trabajar moralmente; sobre las convicciones, poco. Lo que importa es que cada quien sepa cuáles son sus convicciones, y aprenda a vivir con ellas. Aléjate de las personas que tienen muchas convicciones, y que encima las desconocen.

14. Las únicas personas que verdaderamente importan son todas.

15. Sí, desde luego: todo tiempo pasado fue mejor… ¿y?

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