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ENTREVISTA A SÓCRATES RIZZO
LA EVALUACIÓN DE EL NORTE,
SIN VALIDEZ ESTADÍSTICA
Luis Lauro Garza
¿Cómo interpretar la medida del gobernador González Parás de obsequiar Metro y agua a los nuevoleoneses en la víspera electoral?
Es una acción de alto impacto social y propio de un estratega político talentoso. ¿Tendrá esto un impacto electoral favorable al candidato del partido en el poder estatal? ¿Se podría ver como una medida meramente electorera?
La víspera electoral coincide con el impacto negativo de la crisis económica y de la influenza sobre el poder de compra de la población más desamparada y este hecho justifica socialmente la medida que probablemente mejorará la legitimidad del gobernador. Difícilmente los candidatos de oposición pueden oponerse a la gratuidad del Metro y del consumo mínimo de agua durante dos meses. Además, frente a las medidas de apoyo de los delegados federales a los candidatos de su partido, pierde validez moral la crítica a las implicaciones electorales del gobierno estatal; en todo caso deberían enfocar la crítica a ambos gobiernos.
Dichas medidas populares tienen un doble impacto: el ideológico, al reforzar el discurso de la pobreza y la equidad, y por otro lado disipan cualquier duda de la alineación política del gobernante con los principios de su partido. En ambos casos se favorece la intención de los votantes y la unidad de los priistas.
A la hora de su destape, Rodrigo Medina fue visto como el cachorro del gobernador; ¿en qué medida la campaña de Medina ha crecido por fuerza propia?
Tan pronto como Rodrigo Medina fue postulado como candidato único, la mayoría abrumadora de los priistas y simpatizantes de ese partido se volcaron a favor de Rodrigo, empezando con esto a construir una fuerza autónoma que se ha venido acrecentando en la campaña. Sin embargo, la gobernabilidad del partido y la coordinación de las campañas requieren de un fiel de la balanza cuya mejor opción es el gobernador y esto fortalece su jefatura política. El proceso de transición del poder sigue su curso con un candidato cobrando fuerza independiente y un gobernador cumpliendo, dentro de la legalidad, su tarea doble de ser gobernador y jefe del partido en el poder.
¿Hasta dónde a Fernando Elizondo se le puede considerar como de derecha y Rodrigo Medina como de centro?; ¿o qué ubicación les correspondería a cada uno en el patrón de la geometría política?
Es una pregunta difícil de contestar, si analizamos exhaustivamente todas las propuestas en donde encontraremos casi todo tipo de acciones, pero veamos mejor el énfasis y tono que se pone a las mismas.
Si usamos la dicotomía de liberal contra conservador, resulta más fácil ver la diferencia entre una campaña de Elizondo, inclinada por el discurso del autoritarismo, que subraya la cadena perpetua a secuestradores, frente a la inclinación de Medina por la protección a los desempleados y la reducción de las tarifas de servicios públicos. Fernando insiste en proteger el balance fiscal, aun y cuando haya grandes necesidades sociales; y Rodrigo con más soltura habla de los programas de salud. Fernando critica el endeudamiento, mientras que Rodrigo cuestiona las obras inconclusas. El candidato priista habla de un procurador elegido por el pueblo, frente a un panista que sugiere sólo cambios superficiales. El candidato panista insiste en controles a los funcionarios y acciones encubiertas para descubrirles malos manejos, y el candidato priista, sin descuidar el problema de la corrupción, subraya la importancia de la participación ciudadana.
Los debates han perfilado las diferencias ideológicas y la actitud para cambiar y aceptar las nuevas realidades. Elizondo se inclina más para la estabilidad y control de gobierno, frente a un Medina que podría aceptar nuevas ideas y correr el riesgo de hacer de otra manera la cosa pública. El reto para Rodrigo es mostrar que conservando el mismo partido en el poder el cambio seguirá siendo su divisa.
¿Qué otras campañas merecerían algún comentario?
De manera casuística déjame mencionarte que me llamó la atención el desplegado inteligente de Martha Zamarripa, en donde apoya la gratuidad del Metro y del consumo mínimo de agua que instrumentó Natividad. Por otro lado, el candidato del Panal, Guillermo Beltrán, es un buen economista y me gusta el énfasis que pone en la justicia social, o como él técnicamente le llama, la “capilaridad social”, en donde la educación de calidad es la mejor forma de logarlo. En cuanto a Villarreal Landeros, es poco lo que ha salido en la prensa, aunque sé que es una persona de larga trayectoria de lucha por las causas populares, además de un distinguido abogado.
¿A cuál (o cuáles) encuesta(s) habría que tomar más en serio, bajo qué metodología(s)?
La mayoría de las encuestas ya sea de María de la Heras, de Mentor Tijerina, de El Norte y de Salvador Borrego, coinciden en que la contienda entre el PRI y el PAN está cerrada, sobre todo si las comparamos con las contiendas de la época del presidencialismo con un partido hegemónico, cuando el voto duro priista era abrumador. Hoy tenemos una mayor volatilidad en el comportamiento de la intención del voto y la personalidad de los candidatos juega un papel más importante. Sin embargo, no podemos negar que las contradicciones (o clivajes sociales) siguen distinguiendo entre los discursos liberales y los conservadores y juegan un papel relevante en la conformación de la opinión electoral.
Ya que hablamos de encuestas y opiniones de la población sobre el desempeño de los candidatos, permíteme señalar que la reciente “evaluación” que hicieron los 191 consejeros de El Norte en el debate llevado a cabo entre Fernando Elizondo y Rodrigo Medina, carece de validez estadística, porque la muestra está distorsionada. Dicha periódico menciona: “Convence Elizondo…. arrasó ayer sobre Rodrigo Medina… ante la pregunta de ¿quién ganó el debate?, el aspirante del PAN obtuvo el 74% del los votos, mientras que Medina obtuvo el 16%”. En el mismo reportaje se menciona que, ante una pregunta del periódico hecha antes del debate, el 74 % de los consejeros respondieron que ellos se inclinaban a votar por el PAN.
En conclusión, dicha “evaluación” no representa la opinión de la población nuevoleonesa, sino de una reducida y sesgada muestra. Lo correcto hubiera sido que el debate se difundiera por radio y televisión y después hacer una muestra aleatoria entre todos los que los vieron. Es válido preguntarles a los consejeros su opinión, pero la manera en que se difundió la noticia siembra la idea que dicha “evaluación” es imparcial y generalizable para toda la población. Nada más lejos de la verdad. Sin embargo, ayer me decía Borrego que el impacto favorable de esa noticia en las preferencias electorales a favor del PAN, en el mejor de los casos duró sólo dos días.
¿Qué opinas de las acusaciones de Miguel de la Madrid en contra de Salinas de Gortari? ¿Crees que De la Madrid se encuentre limitado de sus facultades, de matizar sus opiniones, por su edad?
Los dichos del Don Miguel forman parte de la leyenda urbana que se ha hecho sobre la presidencia de Carlos Salinas y en ese sentido no agregan nada nuevo. Cobra importancia por la persona que lo dice, que es un ex presidente, conocido por su prudencia, y esto nos lleva a la segunda parte de tu pregunta, que es más difícil de contestar, pues casi nos llevaría a un estudio clínico que está más allá de mi conocimiento.
Más allá de adoptar una posición personalista o usar argumentos ad hominem, déjame bordar sobre las circunstancias y beneficios de dicho escándalo. La curva de opiniones positivas a favor del manejo presidencial de la influenza empezaba a revertirse con opiniones negativas y en eso surge una cortina de humo que obnubila la crítica al gobierno federal. Por otro lado, esa misma cortina sirve para esconder las críticas del libro de Ahumada que perjudican a casi todos los partidos, en especial al PRI y al PAN y casi no afecta a AMLO, pues nada nuevo se dijo de él.
 
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