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965 5 Enero 2012

ANÁLISIS A FONDO
¿Volverá a volar Mexicana?
Francisco Gómez Maza

Si Mexicana vuelve al aire, se destapa la cloaca
El abandono y la desesperanza de los trabajadores

C
iudad de México.- El capitán Rolando Quintana está en huelga de hambre desde el primero de este enero en el área que ocupaba Mexicana de Aviación en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Quintana es uno de los 8 mil 500 trabajadores de la Compañía Mexicana de Aviación viviendo entre la desesperación y el abandono, porque el presidente Felipe Calderón decidió quebrar una de las dos líneas aéreas más veteranas e insignias de México.

Quintana exigió ayer miércoles a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión que la comisión  camaral de seguimiento del caso presione a las autoridades del ejecutivo federal a definir ya la situación de Mexicana, sea que la quiebre o la eche a volar, pues los trabajadores de la empresa están viviendo en la peor de las incertidumbres, sin ingresos para sobrevivir y para mantener a su familia.

El llamado del piloto aviador fue lacerante, dramático, arropado por el diputado del Partido del Trabajo, Ciro Di Costanzo, quien se ha entregado en cuerpo y alma a acompañar a los trabajadores de Mexicana.

Pero las cosas no son ni serán fáciles.

El señor Calderón estuvo obligado –está obligado- a requisar la empresa aérea cuando estalló la crisis financiera y de liquidez de Mexicana, con el fin de no parar un servicio de trasporte público.

Las empresas de trasporte aéreo son servicio público; son concesiones del gobierno, aunque sean empresas privadas –tienen obligación de rendir cuentas a las instituciones públicas-, y su requisa, cuando se encuentran en serios problemas de liquidez, de pagos - es política y moralmente obligatoria, ya que hay un mandato establecido en la ley orgánica de la administración pública, concretamente en la ley orgánica de la Secretaría de Comunicaciones y Trasportes, que obliga a esta institución a mantener la conectividad del país.

Además, la requisa hubiera permitido –permitiría- que los trabajadores –pilotos, sobrecargos, personal de tierra-, de los cuales dependen teóricamente, 8 mil 500 familias, a mantener el trabajo y sus ingresos económicos y no a pasar hambre como lo están experimentando desde que Mexicana dejó de volar hace poco más de un año.

Sin embargo, el presidente de la república –quién sabe por artificios de qué o de quién- está decidido a no afectar los intereses de sus amigos que se han enriquecido ya con el usufructo de los activos intangibles de Mexicana –rutas, horarios, derechos de todo tipo, tanto en los cielos nacionales como  en el exterior del país-, otorgados graciosamente por su gobierno a la competencia de la empresa.

Pero además, imagine el cochinero que quedaría al descubierto en caso de que se concretara la operación de compra venta y la puesta en operación de la compañía.

El gobierno de Calderón pareciera que tiene pacto con el diablo, lo cual quiere decir que está sospechosamente comprometido con Gastón Azcárraga, el ex dueño de la empresa; con Aeroméxico, con Volaris de Pedro Aspe Armella, pero sobre todo con Interjet, la compañía de “bajo costo” propiedad de Miguel Alemán Velasco, poderoso hombre de empresa priísta que también hace pactos diabólicos cuando de proteger sus intereses y compartir sus beneficios se trata.

No es ser pesimista, pero como están las cosas Mexicana no volverá a tomar vuelo en los aeropuertos nacionales y del mundo. Gastón Azcárraga, Aeroméxico, Interjet y Felipe Calderón son los cuatro enemigos de la empresa y no la dejarán retomar los aires para trasportar a los millones de viajeros que ahora a ellos benefician.

Las condiciones climáticas para Mexicana así son oscuras, densas, borrascosas, y lo más probable es que nunca más vuelva a retomar el vuelo, porque los intereses –los de Calderón, los de Azcárraga, los de Alemán Velasco, entre otros– son muy poderosos.

Inclusive, es un secreto a voces que, si Mexicana vuelve a volar, una serie de transas, graves corruptelas, sobre todo de Azcárraga, saldrían a la luz. Esta es la convicción de los trabajadores de la empresa y así lo cree el diputado Di Costanzo.

A desfondo: El diputado perredista Armando Ríos Píter, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, cada vez que habla muestra sus propios intereses. Ayer pidió la aplicación de la ley para los estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa que tomaron una radiodifusora por unas cuantas horas… Carlos Navarrete, senador, anunció por su parte que se inscribirá como aspirante a la candidatura perredista al gobierno del DF. Pasó así a formar parte de la docena de suspirantes amarillos.

analisisafondo@cablevision.net.mx

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La Quincena Nº92

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