FRONTERA CRÓNICA
Cuentas mal hechas
J. R. M. Ávila

onterrey.- Hace tres días, mientras le muestran las obras de reconstrucción vial que se llevan a cabo en Monterrey, Felipe Calderón afirma: “A tan sólo algunos meses del Alex ya se encuentran la mayor parte de las vialidades en funcionamiento”.

Calderón olvida que el Alex dejó muchos más daños que la vialidad en Nuevo León: colonias sin agua potable y la consecuente especulación con garrafones (se vendían a tres veces su valor normal), muertes a consecuencia de las crecientes inusitadas de ríos y arroyos (aunque una cantidad mucho menor que la estela de muerte dejada por la guerra contra el narco), innumerables daños a centros educativos (el gobierno tuvo que dar por concluido prematuramente el ciclo escolar 2009-2010), pérdida de casas arrasadas y de automóviles arrastrados por las corrientes.

Esto sin contar que en muchos lugares el agua estaba sucia y enfangada o contenía restos sólidos, lo cual la convirtió en foco de insalubridad y consecuente amenaza para la salud pública.

Es muy cierto que las autoridades locales han trabajado para reconstruir carreteras y puentes dañados por las inundaciones. Pero también es cierto que los daños no pueden reducirse a eso.

¿Se preguntarán alguna vez Calderón o las autoridades de la localidad, si están resueltos los problemas de la gente que perdió familiares y patrimonio durante el paso del huracán Alex? ¿Será esto significativo para la clase gobernante?

Por otra parte, ¿qué le sucede a Calderón, que olvida que el huracán Alex pasó por aquí entre el 30 de junio y el 1 de julio de 2010, es decir, hace año y medio? ¿Es posible que para él dieciocho meses sean sólo “tan sólo algunos meses”?

Si así cuenta el tiempo, es muy probable que para él las víctimas de la guerra contra el narco (inexistente, según ha dicho), sean tan sólo unos cuantos miles; aunque los principales periódicos mexicanos informen, de acuerdo con cifras publicadas hace un año por el gobierno de Calderón (34 mil 612) y con el cálculo de las víctimas del 2011 (12 mil 359, según Reforma; 12 mil 284, según Milenio y 11 mil 890, según La Jornada), que la cifra total de muertes ronda las 50 mil. Y no hay que olvidar que éstos son cálculos conservadores.

Ante cuentas tan mal hechas, la verdad, ni las piedras guardarían silencio.