CRÓNICAS PERDIDAS
Los habitantes
Gerson Gómez
onterrey.- Vas al campo, a cumplir con actividades profesionales de guardabosques. Abordas la camioneta, seleccionas el camino en el GPS. Trescientos kilómetros: carretera principal, luego camino vecinal y brecha.
Que te vaya muy bien, dice Vica, tu prometida. Desliza la bata de franela. La noche ha sido lenta en el amor.
Muestra su pecho desnudo. Tú sabes si te tardas o regresas pronto.
Colocas la palanca de los cambios en drive. Suave ingresa la primera velocidad.
La mente lejana.
Avecindada al norte del estado. Dos horas y media. Pocos compañeros de marcha ha dejado la violencia.
En el campamento, latas de frijoles ranch style, las galletas saladas, sardinas y atún. Pero lo que más te agrada, es la cabeza humana lista para barbacoa.
Nada como comer carne pegada al hueso, estimula las encías. Provoca mejor y mayor salivación. Proceso de sanidad emocional.
Eso impide la formación de bacterias. Boca libre. Lista para besar y desprender.
Piensas en la imagen de tu chica despidiéndote. Se te antoja con voracidad
Es momento de dar un paso más en la relación, formalizar.
Del locker, extraes el talismán sin dueña, una cucharada de sal y el paisaje sin retorno.