Otras historias de la medicina
Alejandro Heredia
Monterrey.- Dentro de los anales de la historia social de la salud, asistimos con el libro Historias paralelas de la medicina (Thomas Sandoz, FCE), a un ejercicio de ilustración de las muy variadas alternativas médicas que el hombre ha podido idear a lo largo de su historia cultural, o si no tan absolutamente, al menos en los últimos 300 años.
Y todo comenzó un día, cuando una persona se sintió afectada en su salud, y se entregó en la búsqueda de algún remedio para sus dolencias. De tal forma se empieza a reunir todo un acervo de conocimientos en hierbas o plantas medicinales, para que luego en occidente se hable de la fitoterapia, la cual se viene a consolidar no solamente como un conocimiento sistematizado, sino como una tradición institucionalizada en centros de enseñanza.
De este modo el libro de Sandoz, es una retrospectiva de las diferentes prácticas alternas que han venido sucediéndose en occidente, desde muy variados orígenes y posologías. Lo más valioso del texto del doctor en psicología y epistemología, es que no toma partido por las historias de las cuales se ocupa, no emite juicios de valor, brindándonos información histórica sobre las características de los diferentes y muy variados remedios. Son muy variadas las alternativas, desde la terapéutica de los imanes hasta los tratamientos quiroprácticos, aromaterapias, cromoterapias, orinoterapias, dietas y baños.
La rebeldía de las prácticas alternativas, eternamente enfrentadas con el sector académico de la medicina tradicional (alópata, para los homeópatas), con sus escándalos de persecución judicial y encarcelamientos, clausuras y anatemas. Las mencionadas rebeldías tienen una gran dosis de razón, al momento en que se popularizan las otras vías de restablecimiento de la salud, el siglo XIX es el epicentro de los remedios prescritos en libros y revistas, en anuncios de medicamentos milagro disfrazados de complementos alimenticios.
Del mismo modo el siglo XIX, es el tiempo de la aparición de la ideología de comer sano para reparar las dolencias físicas. Para 1863 se crea la Granula, por Caleb Jackson, el prototipo de lo que después conoceremos como los Corn Flakes. En Estados Unidos se abre paso la ideología predominante de los cereales para el desayuno, teniendo como origen Battle Creek, Michigan, en donde no solamente inspiró a William Keith Kellogg a crear cereales precocidos llamados granola, usurpación desvergonzada de la granula de Jackson. Después, la idea evoluciona a machacar los granos de avena, trigo o maíz, cocerlos al vapor y hornearlos. El éxito de los Kellogg se ve recompensado con la voluntad firme de imitación de muchos de sus coterráneos en Battle Creek: para 1911, son más de 100 marcas de corn flakes las que se empaquetan en este punto de Michigan.
Por otro lado, la gran explosión de terapias alternativas que se registraron en Estados Unidos, fue producto de la falencia de instituciones educativas que licenciarán a médicos tradicionales. De tal modo, se establecen un gran número de escuelas de medicina natural, las cuales compiten abiertamente con las reconocidas por las instituciones públicas de salud; en gran parte del siglo XX, se desarrollan batallas legales épicas entre médicos reconocidos contra pseudomédicos. Tener presente las genealogías de las terapias imperantes en el mercado medicinal actual, puede en un momento dado apercibirnos sobre sus bondades y también sobre sus defectos naturales.
Historias paralelas de la medicina. De las flores de Bach a la osteopatía / Thoma Sandoz; trad. de Javier Enríquez Brito. México: FCE, 2010, 246 pp.
