Suscribete
 
1089 27 Junio 2012

 

FRONTERA CRÓNICA
Cuatro caminos
J. R. M. Ávila

Monterrey.- “Cuatro caminos hay en mi vida. ¿Cuál de los cuatro será el mejor?”, dice la canción de José Alfredo Jiménez, y la verdad es que bien podríamos tomar ese cuestionamiento como tarea y tratar de resolverlo antes de que lleguen las elecciones.

Son cuatro caminos muy disparejos; uno, apenas es una vereda hecha al troche y moche cuya dueña acostumbra rentarlo al mejor postor; otro, se inauguró hace apenas doce años y se encuentra lleno de emboscados en espera de víctimas; otro más, muy transitado desde la era de los dinosaurios, conduce a la corrupción y a la obediencia incondicional; y el último, apenas en construcción, requiere de la participación de la gente para que la gente misma lo transite, lo cuide y lo enfile al mejor destino posible.

Es obvio que muchas personas estarán en desacuerdo con esta descripción de cada uno de los caminos. Pero es momento de preguntarnos no sólo qué queremos sino qué no queremos para nuestro país.

No queremos enfrentamientos entre soldados, policías, sicarios y civiles.

No queremos ataques ciegos, peligro innecesario, inseguridad gratuita en las calles.

No queremos más muertes: el problema del narco, está visto, no se resuelve a balazos.

No queremos más gente sin empleo tentada a trabajar en cualquier cosa, así sea ilícita.

No queremos más pobreza en este país cuyo potencial daría para bien vivir a la población de cualquier otro país del mundo.

No queremos más injusticia para los grupos desprotegidos de este país.

No queremos más ganancias para los mexicanos que insultan con su riqueza a este país saqueado por ellos mismos.

No queremos más manipulación de las encuestas electorales que se llevan a cabo por encargo y se hacen pasar como si fueran elaboradas de manera científica.

No queremos más vividores políticos que acarreen gente a sus mítines por medio de amenazas veladas o explícitas.

No queremos donar millones de pesos a organismos internacionales para que nos consideren potencia emergente, fingiendo que vivimos en la misma opulencia en que viven los gobernantes que hasta hoy hemos tenido.

No queremos que nos mientan quienes deben decirnos la verdad.

No queremos, por ejemplo, que las autoridades nos digan que han dado un golpe al narco y después se desdigan, haciendo el ridículo a nivel nacional e internacional.

No queremos que los gobernantes de México sigan teniendo una fortuna por salario, como si gobernaran al planeta Tierra y no a un empobrecido país como el nuestro.

No queremos que continúen los maximatos soterrados de ex presidentes ni de líderes sindicales que más parecen capos de alguna mafia.

No queremos más retenes en las carreteras, instalados según el humor de quienes dirigen a las policías o al ejército.

No queremos que se nos siga tratando como a presuntos delincuentes.

Si alguien quiere apostar a que las cosas sigan como hasta ahora o que se endurezcan más a costa de muerte, lágrimas y sangre; que siga votando con la razón cerrada pero que no reclame después.

Que no se queje a destiempo de lo angosto de la vereda; de lo peligroso, de lo lleno de baches del camino; de los tumbos y tropiezos que demos al transitarlo.

Porque, si se equivoca, cuando se dé cuenta de que desperdició su voto (como le sucedió a mucha que hace seis años votó por el PAN), será demasiado tarde para retomar un camino que ya estará clausurado.

http://fronteracronica.blogspot.mx/
jrmavila@yahoo.com.mx

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 


15diario.com