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1445 8 Noviembre 2013

 

Dispara primero, luego viriguas
Hugo L. del Río

Monterrey.- Hasta ayer a las cuatro y media de la tarde, el gobierno venezolano no había dado ninguna explicación sobre la destrucción del avión mexicano, registrada en la noche del lunes.

Con un presidente como Nicolás Maduro y un jefe del (así lo llaman) Comando Estratégico Operativo de la Fuerza Armada como Vladimir Padrino López, es entendible que entre el palacio y la cúpula militar exista un golfo de confusión. Padrino (quien recibió felicitaciones del chavismo por la hazaña del avión o aviones de caza que “inmovilizaron” al aerotaxi azteca), dio a entender que el bimotor Hawker 25 XB-MGM violó el espacio aéreo venezolano; los pilotos fueron conminados, por aeronaves de combate, a aterrizar en Buena Vista del Meta, en el estado de Apure, cerca de Colombia, y ya en tierra el vehículo aéreo, se procedió a su destrucción.

De tripulantes y pasajeros no se ha dicho una palabra. Maduro, el autobusero más afortunado del mundo, primero se limitó a recordar que desde mayo del año pasado sus aviadores han derribado a 30 aeroplanos (no incluye al bimotor mexicano) vinculados al narco. Luego, en un segundo discurso, el Presidente de los venezolanos, después de rendir el tributo de cajón a Hugo Chávez (“es un profeta”, dijo) anunció que instalará sistemas de defensa antiaérea en las montañas, litorales, riberas, selvas y barrios de ciudades venezolanas “para garantizar que jamás en la vida una aviación militar enemiga, extranjera, imperialista, entre (sic) a la ciudad. Para garantizar la paz”.

Será que, más bien, le tiene miedo a su propia Fuerza Aérea: parece que nadie tiene planes de agredir al país de don Rómulo Gallegos.

El Senado mexicano aprovechó la ocasión para envolverse en la bandera patria y exigir una aclaración. El Encargado de Negocios de la embajada venezolana en México, Julio César Pineda, parece haberse inspirado en las inmortales frases de los gobernadores de Tamaulipas y Michoacán. Dio a entender que, para los venezolanos, derribar o incendiar en tierra naves aéreas es cosa de todos los días.

No es necesario ser diplomático de carrera para entender que Caracas está obligada a dar cuenta en detalle del incidente, lo cual incluye informar si los ocupantes del aparato siguen vivos. Un silencio tan prolongado despierta sospechas: ¿será que los aviadores bolivarianos, al grito de dispara primero y luego viriguas, abatieron al Hawker y Maduro y el pajarito que lo inspira buscan ahora una solución al enredo? Esto, en los ratos que a don Nico le deje libres la presión de una inflación del 45.8 por ciento y la escasez de agua en un país más rico en ríos que en petróleo.

México tiene competencia en la gran arena del surrealismo político.

Pie de página

El QH.:. Juan Cepeda partió en su último viaje al Oriente Eterno. Maestro de los de antes, hombre culto, inteligente, de fácil y amable palabra, la Gran Logia de Nuevo León tuvo el acierto de designarlo responsable de la biblioteca Doctor Mateo A. Sáenz. Era feliz entre los libros, platicaba con las almas de escritores y leyentes.

Descanse en paz, Querido Hermano.

 

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