La ciudad del caos y la inseguridad
Roel Guajardo Cantú

Monterrey.- Si la ciudadanía estaba hastiada de que en la última década la ciudad de las montañas fuese conocida y reconocida en el interior y el exterior del país, como la capital de los casinos, de la inseguridad, de los comerciantes informales. Como la ciudad más sucia de Latinoamérica y de la corrupción por los moches, cuotas y quesogates. Ahora bajo la administración de Margarita Arellanes, estamos peor.

Monterrey, sede da la industria más grande de México, de las universidades más prestigiadas de América Latina, capital de la salud por los centros hospitalarios más grandes y modernos del hemisferio y origen de las instituciones financieras del país; en la actualidad el mundo sabe de Monterrey por sus altos y escandalosos niveles de corrupción, por ser una ciudad que padece los nudos más intrincados de vialidad y de oscuridad, No imaginábamos que Margarita Arellanes hiciera de Monterrey la ciudad del caos y la inseguridad. Que mantenga a la capital del acero, el vidrio, el cemento y las telecomunicaciones más destrozada y oscura que la ciudad de Gaza después de la ofensiva de Israel, que Ucrania después de los ataques de los separatistas pro-rusos o de la destrucción de Filipinas con el paso del tifón Rammasun.

Los vecinos de Cumbres y el sector poniente, estamos hasta la coronilla de los problemas de vialidad y la falta de atención del Gobierno Municipal, para disfrutar de una ciudad iluminada, limpia, con avenidas sin pozos y parches, y sobre todo sin obstrucciones a la vialidad por privilegiar a los grandes supermercados como los HBE, Walt-Mart, Sam´s y expendios de gasolina por encima del interés ciudadano. Las avenidas Leones, Sevilla y Puerta de Hierro solo son algunos ejemplos donde recortan carriles para que se amplíen o construyan nuevos negocios a cambio de la perdida de tiempo-horas de trabajo y estrés de los habitantes de este amplio sector. Las obras y puentes que se han realizado sobre la avenida Leones con Adalberto Madero, Fernando Larrazábal y Margarita Arellanes, al terminar quedan más parchadas que la carretera libre a Laredo, a pesar ser anunciadas en su momento como megaobras y tener costos super millonarios.

Ahora tenemos Ma´s oscuridad en las calles y plazas públicas, Avenidas Ma´s sucias y descuidadas, Ma´s problemas de vialidad y Ma´s campaña con nuestros impuestos.