Suscribete

 
1823 22 Abril 2015

 

 

Diccionario del hampa y la cárcel
Eligio Coronado

 

Monterrey.- El caló es el lenguaje de ciertos grupos sociales y ciertas profesiones. Su objetivo es doble: privacidad y protección. Privacidad para mantener la información generada dentro del círculo al que pertenecen los involucrados y protección para no arriesgar la seguridad de los mismos.

Este tipo de lenguaje hermético o críptico (llamado también caliche, calándria, argot, jerga, jerigonza, germanía, tatacha, lunfardo en Argentina, slang en EUA, etcétera) se forma dándole otra interpretación a las palabras ya conocidas o castellanizando vocablos extranjeros: “Chota” (del inglés to shoot=disparar: policía, p. 40), “Guachar” (del inglés watch out=vigilar: observar, vigilar, estar atento, p. 61), “Cachar” (del inglés to catch=sorprender a alguien, descubrirlo, p. 29).

Una manera de desencriptar el caló es revelando su mecánica y significados, como han hecho en México diversos autores: J.L. Franco con su Canerousse y Ricardo Amor con su Diccionario del hampa, ambos recién coeditados por la UANL en un solo volumen y cada uno con su propia portada.

Llama la atención que muchas de sus palabras o frases son ya conocidas por el vulgo debido al cine, el teatro de burlesque, el humorismo, la música y hasta ciertos libros muy populares como Picardía mexicana, de Armando Jiménez (143 ediciones y más de 4.1 millones de ejemplares vendidos en México, país donde supuestamente la gente no lee). 

En el Canerousse  (de cana=cárcel y ousse=terminación del nombre del famoso diccionario francés Larousse, con intenciones paródicas) encontramos un conjunto de términos propios de un lugar cerrado, una especie de código para vivir y sobrevivir el cual va cambiando según las circunstancias para no ser descubierto por los custodios.

Como todo lenguaje, el caló refleja la cultura de quienes lo utilizan (caloparlantes o calohablantes), sobre todo sus aspectos lúdicos, albureros y agresivos: “Tirar el chamaco” (defecar, p. 93), “Sacatripas” (arma punzante de hechura rudimentaria, p. 89), “Sacar o salir el tercer huevo” (envalentonarse, p. 89), “Ponerle Jorge al niño” (llevar a cabo cualquier acción, p. 85), “Gil” (tonto, incauto, inocente, víctima, p. 61), “Dar mastuerzo” (matar, asesinar, p. 47).

Por su parte, el Diccionario del hampa ofrece, ademásde un listado de palabras y expresiones, también incluye otros muy útiles para entender el funcionamiento del caló: “Instrumentos usados para ciertos robos” (p. 41-49),  “Conversación entre dos hampones” (p. 51-57), “Frases muy usuales” (p. 58-61) y “El arrepentido” (p. 62-64, relato acerca de un ladrón que vuelve al buen camino haciéndose ¡sacerdote!).

Concluyamos con algo del humor sádico que se da en la cárcel (“El ‘reno-Vips’: Vips del Reformatorio Norte) a la hora del “rancho” (comida): “huevos radioactivos”, “pitos de perro”, “chingarrón”, “puercas manos”, “gato molido”, “ensalada de la muerte”, “caldo de sirena” (p. 12).

 

*J.L. Franco, comp. El Canerousse. Diccionario de la cárcel yRicardo Amor, comp. Diccionario del hampa. El lenguaje de los bajos  fondos. Monterrey, N.L.: Producciones El Salario del Miedo / UANL / Almadía, 2014. 96, 64 pp. Ilus.

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

15diario.com