El negocio de las minas de carbón
Eloy Garza González

Monterrey.- El negocio de las minas de carbón en Coahuila oculta una trama de corrupción e ilegalidad. Todo por unos depósitos que sueltan a borbotones dinero lavado. En medio de este duelo de poderosos, la mentira es un velo que a duras penas oculta un monumental fraude. ¿Cuál autoridad podría ser el árbitro que imparcialmente dicte justicia?

Nada importa que ocurra una muerte violenta: la de un inocente. Y lo de menos es el dilema ético que se diluye entre los arriesgados arreglos por no perder poder, por no restar influencias. Aquí, el fondo son meras transacciones financieras, juegos de dinero que acaban abriendo un pozo para tapar otro.

No odiamos al corrupto principal de este hecho, que sufre en carne propia los torcimientos de sus actos. Nos conduele su pérdida; nos afectan sus quebrantos, aunque sea un bandido, un adúltero y aparentemente un mal padre.

Y luego la amante: una mujer neurótica, que mal disfraza un vacío existencial, sedienta de protagonismo vil, a quien le da igual arrastrar al precipicio la vida y reputación de su querido, casado y poderoso.

Esa es a grandes rasgos la trama del thriller “Mentiras Mortales” (“Arbitrage” es su título en ingles), donde el actor Richard Gere se luce como protagonista, interpretando al magnate neoyorkino, Robert Miller. Se trata del debut como director de Nicholas Jarecki, quien es también el guionista de esta película, donde una jugosa compra de minas de carbón en Rusia se complica por culpa del gobierno de ese país y la muerte violenta de la amante de Miller, Juliete Côte, que desata los mil y un malabares del magnate corrupto para ocultar su fraude comercial.

Es un mero entretenimiento cinéfilo, pero alguna moraleja podremos urdir la gente de Coahuila y Nuevo León.