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2091 2 Mayo 2016

 

 

Uno para todos y todos para Facebook
Eloy Garza González

 

Monterrey.- Facebook se ha convertido en el reemplazo de nuestra plaza pública. Nunca como ahora operó mejor el término de “aldea global”. Vivimos a ratos en un pueblo gigante de más de 1 millón 650 mil usuarios. O amigos, como se dice en el argot de las redes sociales.

Mark Zuckerberg ha calculado que cada aficionado a Facebook  y Messenger (sin contar WhatsApp), gasta una media de 50 minutos al día, usando su red social. En México, la media asciende a 120 minutos al día. Lo doble que el usuario estadounidense.

Hace un año, la media era de 60 minutos en EUA y 90 minutos en México. La estadística crece en nuestro país y desciende con nuestros vecinos del Norte. ¿Es un dato que no quiere decir nada o es el inicio del Apocalipsis?  Depende. Si Facebook lo usamos para intercambiar fotos, felicitar por su cumpleaños a un conocido, avisar del deceso de un familiar, emitir mensajes sociales, lecturas interesantes, punto de vista para polemizar, pautas para divertirse, el dato arroja resultados de socialización benéfica. Es como una masificación de los avisos parroquiales. Pero Facebook también puede causar adicción, un placer nunca satisfecho por consumir información basura: memes, chistes, emoticones y una buena sarta de frivolidades que, cuando se recibe en volúmenes industriales, trivializan nuestro sentido de las relaciones sociales. Nos vuelve sujetos banales.

También está el engaño de la aparente popularidad del usuario de Facebook. ¿De verdad alguien puede creer que recibiendo más de cien likes, o mil likes, el usuario se vuelve figura pública? Si sólo en Nuevo León vivimos más de 5 millones de personas, ¿qué representa en ese universo mil o diez mil likes? Habrá quien diga que le basta con que algunos pocos contemplen sus post y sus fotos personales. Bien por él. Pero que tampoco se crea el cuento de que la mayoría de quienes le ponen like a sus post son amigos potenciales.

Así como hay un activismo soft, está la amistad soft. Lo que no quita que esté convencido de que ahora tenga más amigos que antes.

Ahora bien, estoy plenamente del lado de quienes entendemos a Facebook como un salto exponencial de la socialización. No tengo duda de que vivimos ahora mejor con Facebook que antes sin esta red social. Es un hecho comprobado.


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