uinddesind
512
8 de abril de 2010
15diario.com  


 

TRANSICIONES

BCN, zona de desastre

Víctor Alejandro Espinoza1

La tierra tembló y sacudió a Baja California; la capital recibió el peor de los embates: 7.2 grados en la escala de Richter: más fuerte que el terremoto de Haití cabecean los diarios este martes 6 de abril. El peor sismo de la historia local. El domingo 4 de abril a las 3:45 de la tarde la naturaleza nos recordó que la entidad es zona sísmica y que se encuentra atravesada por las fallas de San Andrés y las de Cerro Prieto. Terrible realidad que de manera recurrente arroja indicios del peligro latente de habitar en esta región. Es algo similar a lo que les ocurre a los habitantes del Estado de México, Morelos y Puebla que viven en la zona aledaña a “Don Goyo”, el volcán Popocatépetl, y que cada cierto tiempo da muestras de su poder.

Lo que se vive en Mexicali es una tragedia. Los mayores efectos negativos se dejaron sentir en la zona del Valle; muchas casas mal construidas se vinieron abajo. La desesperación de las familias es evidente: se lo dijeron al presidente Felipe Calderón el lunes 5: “Ojalá que sí nos ayuden, que no sólo vengan a prometernos y a tomarse la foto y luego nada”; que no se repita lo de siempre. Hubo quien consideró que lo que se gastó en el traslado del presidente y su comitiva, más los desplazamientos de todos los funcionarios locales, hubiera alcanzado para construir al menos 50 viviendas para igual número de familias que lo perdieron todo.

Una de las cosas que sale a la superficie cuando se registran este tipo de desastres es la corrupción. Ante las lluvias torrenciales normalmente quedan al descubierto las obras mal hechas, la pésima calidad de los materiales utilizados para recubrir las calles, la falta de pluviales, la construcción en zonas no aptas para ello, etc. La naturaleza pone al descubierto las transas en los contratos, en obras no licitadas, etc. No es la excepción con los sismos. Al menos algo huele mal en la construcción del estacionamiento del Centro Cívico que se derrumbó. No parece muy convincente la explicación apresurada de que se colapsó “porque estaba al 50% del proceso de edificación”. De ser técnicamente cierto, muchas otras edificaciones se hubieran venido abajo. Otra versión señala que la caída se debió a que “se estaban probando materiales nuevos que no resistieron”.

No quiero ni pensar la tragedia si el temblor se hubiera registrado en día hábil. Es muy importante que las autoridades estatales exijan cuentas al constructor y revisen con meticulosidad el proyecto. De existir responsables, se debe actuar de inmediato e informar a la ciudadanía lo que sucedió. Más allá del dinero público que se esfumó con la caída del estacionamiento, que sirva para evitar que se otorguen obras a una empresa y ésta las subcontrate al margen de la ley. Y sólo nos enteramos porque sobreviene una tragedia.

Cuando suceden catástrofes de tal magnitud hay reticencias por parte de los ejecutivos a solicitar la declaratoria de “zona de desastre’ a la Secretaría de Gobernación, es decir, al gobierno federal. Se ganan recursos económicos pero se pierde protagonismo político. Eso acontece a menudo cuando son ejecutivos locales de partido político distinto al del presidente de la República. En Baja California ya lo vivimos hace años cuando un gobernador retardó la solicitud de zona de desastre por once días hasta que era tal la destrucción y el número de muertos por las lluvias que no quedó otra opción. Eran los tiempos de Carlos Salinas de Gortari. Hoy, el gobernador José Guadalupe Osuna Millán aceptó el requerimiento del Director de la Comisión Nacional del Agua, José Luis Luege Tamargo, para que firmara la solicitud y que se canalizaran a la entidad recursos del Fondo de Desastres Naturales. No hay impedimentos políticos para no hacerlo. Ahora esperemos que los recursos lleguen pronto a los damnificados.

El temblor sofocó, por el momento, otros sacudimientos políticos: el del diputado, presidente del Congreso del Estado, Víctor González Ortega y el del funcionario del ayuntamiento de Tijuana, Gustavo Lemus. Uno por conducir en estado inconveniente y el otro por andar de indiscreto. Hubo quien me dijo que el terremoto lo provocó el diputado alegre para generar una cortina de humo. Ya ve usted cómo somos de imaginativos y mal pensados.


1 Investigador de El Colegio de la Frontera Norte. Correo electrónico: victorae@colef.mx


Para compartir, enviar o imprimir este texto,pulse alguno de los siguientes iconos:

¿Desea dar su opinión?

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

ayaind

librosind

 

angular

q77s