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8 de julio de 2010
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TRANSICIONES

Es la alternancia…                                                                

Víctor Alejandro Espinoza 

Así me lo dijo en voz baja pero mostrando una sonrisa orgullosa: “es la alternancia”; se trataba de una joven que trabaja en una institución donde sus directivos lucen caras largas por la derrota panista. Este lunes 5 de julio, los bajacalifornianos se levantaron esperanzados después de las elecciones intermedias de este último domingo. Ante las  adversidades económicas y el temor por la violencia, la alternancia parece abrir la posibilidad de tiempos mejores; eso es lo que percibo en el ambiente.

 

Nadie esperaba que el mapa político bajacaliforniano se pintara de rojo; ni los priistas más optimistas ni los panistas más pesimistas creían en la posibilidad de que un solo partido se alzara con la victoria. Sin embargo, los escasos votantes nos tenían reservada una sorpresa: el retorno al poder del PRI. Tuvieron que pasar treinta años para que ese fenómeno se repitiera; es decir, desde 1980 un partido no alcanzaba el triunfo en la totalidad de los municipios y que además lograra la mayoría absoluta en el Congreso.

 

Pero lo que hace todavía más espectacular el triunfo de la Alianza por un Gobierno Responsable (PRI/PVEM) es que nunca en la historia política local un partido de oposición había alcanzado un triunfo de tales magnitudes; porque el PRI era la oposición en la entidad: sólo gobernaba en el municipio de Playas de Rosarito y contaba con 8 de 25 diputados. Los resultados de este domingo significan que aparte de que gobernará los 5 ayuntamientos, alcanzó el triunfo en 13 de los 16 distritos electorales; lo cual le dará una cómoda mayoría en el Congreso.

 

La derrota panista no puede ser explicada por una sola causa. Sin duda, hay un desgaste natural de un gobierno después de 21 años en el poder; a ello habría que agregar el hartazgo de la población ante los problemas que persisten. Para los sectores medios y altos, las malas políticas federales se han venido a sumar a los efectos de la crisis económica y de inseguridad: SIAVE, límites a los depósitos en dólares, costos extenuantes de la importación de autos usados, IETU, tenencia vehicular y un largo etcétera.

 

Pero tan importante como lo anterior, es que hay que buscar las causas al interior del grupo gobernante y de su partido derrotado. Ernesto Ruffo Appel se ha cansado de repetir que el PAN no es monolítico y que la “onda grupera” es una realidad. Pues bien, la decisión de impulsar a candidatos oficiales para las alcaldías originó una fuerte división. Había mucha inconformidad de la militancia por las designaciones. Esto era más que evidente; los panistas lo gritaban: muchos grupos se sintieron desplazados… y decidieron no acudir a votar.

 

Sostengo la hipótesis de que los “votos duros” del PAN le habían venido alcanzando para derrotar al “voto duro” priista. Esto se comprueba en un contexto de baja participación como la registrada en los últimos procesos electorales. El PRI no aumentó significativamente su caudal de votos; lo que disminuyó fue el voto de la militancia panista. Inconformes, decidieron no acudir a las urnas. Hubo doble voto de castigo: el de la ciudadanía contra la clase política en general mediante los “votos en casa” y el proveniente de los panistas. Esto afectó más al partido gobernante que al PRI. 

 

Ganadores, perdedores y derrotados deberán tener la serenidad y la inteligencia para sacar conclusiones si en el futuro quieren buscar la gubernatura. El PRI tiene que saber gobernar rindiendo cuentas y cumpliéndole a la población. El PAN, llevando a cabo una verdadera autocrítica y entendiendo que antes que nada deben aprender a ser partido manteniendo distancia con los gobiernos emanados de sus filas. Y el gobierno actual respetando las diferentes esferas gubernamentales y partidistas.

 

En medio de las derrota me parece que Carlos Torres, candidato a la alcaldía de Tijuana, mandó un mensaje digno y respetable y que abona mucho a la gobernabilidad. El reconocimiento de la derrota la noche del 4 de julio es una prueba de madurez que será tomada en cuenta en el futuro.

 

La Política, con mayúsculas, siempre ofrece nuevas oportunidades; la alternancia es eso: el tiempo vuela y ya los actores políticos y los ciudadanos nos debemos estar preparando para las siguientes contiendas: el 2012 y el 2013 están a la vuelta de la esquina.

 

Investigador de El Colegio de la Frontera Norte.

victorae@colef.mx

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