El Gorrión

Tomás Corona

El Gorrión llegó a mi casa una fría noche de invierno acompañado de su mujer, Memo Berrones y María. Algunos amigos bohemios y yo cantábamos alegremente al calor de las copas, visualizando los versillos mal escritos de un karaoke. Era mi cumpleaños, ese día procuro departir y compartir el vino y la sal con los seres que amo y estimo.

No le di importancia a su nombre, Miguel Luna, dijo y me impresionaron sus ojos, o más bien su ojo dañado, mientras que con el otro escudriñaba la casa, los invitados, con esa sensación que provoca el conocer un nuevo recinto. A pesar de su poderosa presencia escénica proyectaba sencillez y no tardó mucho en adaptarse a aquel ambiente, acostumbrado quizá a la convivencia con sus semejantes. Yo no conocía a aquel misterioso señor y cuando supe quién era me dio vergüenza desconocer a un auténtico icono de la música regional norestense.

En ese sentido, muchos regiomontanos somos tan ignorantes, alucinados por la rutinaria cacofonía melódica de la música grupera y sus típicas historias de te amo y te quiero y me dejas y te mato, la cual desplazó a los auténticos intérpretes regionales. Estaba en mi casa nada más y nada menos que don Miguel Luna, El Gorrión, recientemente fallecido, un auténtico artista que formaba parte del famoso dueto “El Palomo y el Gorrión”. Aquella noche se tornó para mí un regalo excepcional de parte de mi amigo Memo Berrones.

Y cantó para nuestro beneplácito sus canciones más famosas: “Ingratos ojos míos”, “Libro abierto”, “En todo la chapa”, “Amor de los dos”, “Dos palomas al volar”, “Amor ingrato”, entre otras que no me acuerdo, y nosotros maravillados escuchándolo, escuchando a ese gorrión que seguramente ya forma parte del coro de ángeles como una de las primeras voces, yo creo que lo estaban esperando para armonizar la música del cielo con su privilegiada, fina, afilada y dulce voz.

Gente como él nunca muere porque queda inmortalizada en su obra, en este caso el canto y la música norteña. Ya quedan muy pocos artistas como “El Gorrión”, quien con su autenticidad y originalidad se han ganado el respeto y admiración del pueblo de México.

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