PRADO MAILLARD,
O EL HAMBRE POR EL PODER

La primera que vez que me tocó ver de cercas a José Luis Prado Maillard, fue en su bunker de la Facultad de Derecho, donde observé en su mirada un frenesí por toda esfera de poder. De hecho, en ningún otro director de la UANL he visto ese brillo característico de los hombres con imán para el poder. El problema con este joven director es que por donde va pasando su ambición va dejando una estela de rebabas que no lo dejan muy bien parado, que digamos. De ahí que sus críticos lo cataloguen como un perfil no apto para ocupar la rectoría de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Otros dicen que todavía está muy verde, aparte de que no controla sus emociones. El caso es que el Dr. Prado Maillard es un protagonista que constantemente desemboca en la picota. Nada que ver con el Dr. Ancer, un perfil más propio para ocupar la torre de rectoría. (Roberto Guillén.)

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