Piden el voto, merecen el bote
Mario Clío

onterrey.- ¿Cómo nos sentiríamos si nuestra pareja esté buscando nuevo amor antes de terminar con nosotros formalmente? ¿O si estuviéramos buscando nuevos empleos destinando tiempo y recursos de nuestro empleo actual? ¿Qué pensaría nuestro jefe? ¿Cómo podríamos cambiar de religión al mismo tiempo en que estemos procesando la actual? ¿Verdad que no suena honesto? Y si pasa por nuestra mente hacerlo, quizás lo intentemos en el más oscuro de los secretos.

Pues a los políticos del estado de Nuevo León creo que esas normas éticas no les importa, sobre todo a los diputados, quienes no han terminado de realizar su gestión trianual y ahora buscan nuevo puesto para saltar al más puro estilo de un “chapulín”. Hoy como una moda mediática los diputados locales y federales presumen en carteleras panorámicas por todos los sitios, su segundo informe de actividades, agotando la última oportunidad que la ley les da, preelectoralmente, para hacer exhibición pública personal.

Todos bajo el mismo formato, sonrisas, rostros y colores asociados a los partidos que serían sus plataformas durante las elecciones del 2012, pero invariablemente ponen la palabra Segundo Informe. ¿De qué? ¿Dónde aparece ese informe? Realmente no detallan nada, no informan nada, que se supone que ese es el argumento de esos espectaculares. Ni una página web exhiben. Usan la ley para decir que informan, pero esto sólo aparece en un eslogan pequeño para el pretexto. Mucho mayor es el espacio para el rostro, el nombre y la frase “matona”.

Qué triste es que un cura fuera quien se “brincara” los 10 mandamientos, desde el de robar, hasta el de fornicar a la prójima, pero más triste es que un legislador, que es quien se encarga en fabricar nuestras leyes, las use ahora como papel sanitario para usarlo a su antojo, limpiar su honra legal y luego desecharlo para saltar, con ventaja claro, en un “chapulineo” hacia otro puesto político mayor, en aras de una aspiración eminentemente personal.

¿Con qué cara piden de nuevo el voto, si arrojaron el arpa a mitad del concierto?

Ojalá que los “boten”, para que una vez sentados en la banqueta, aprendan a ser responsables con el trabajo que el pueblo les encomendó.