Yendo de Tula a Jaumave
Hugo L. del Río
onterrey.- Naturalmente que es guerra sucia. La justicia mexicana, ya lo sabemos, es una puta siempre dispuesta a satisfacer las fantasías sexuales o políticas de quienes mandan.
Pero el hecho concreto es que sí están investigando a los ex gobernadores de Tamaulipas, Manuel Cavazos Lerma, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández, así como a otras 45 personas de su entorno inmediato.
Confirman la indagación, en la esfera burocrática, la SeGob y la Procuraduría General de la República. Y en el universo mediático, la corresponsalía de Proceso-Apro en la ciudad de Washington y el reportero de The Associated Press, Mark Stevenson.
El senador panista Felipe González González afirma que el trío fatal está bajo la sospecha de haber ordenado el asesinato de Rodolfo Torre Cantú, virtual gobernador de aquel estado.
Esta especie hay que tomarla con pinzas: tal vez sea cierto o posiblemente el blanquiazul está nomás llevando agua a su molino. Pero de que hay una averiguación, la hay.
Es más, por parte de la PGR conduce la pesquisa la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada –la Siedo: uf, qué costumbre la nuestra de bautizar a las dependencias con nombres tan largos y, lo peor, tan ajenos a su verdadera función─, lo cual indica que papá gobierno por lo menos quiere darles una acalambrada a los priístas.
Mañana, día dos, “El Niño del Copete” recorrerá Tamaulipas. Es de anticipar que encontrará muy mal ambiente.
Los ex pueden, en teoría, viajar al extranjero. Curiosamente, la alta burocracia dijo primero que no se les permitiría salir del país. Doce horas más tarde rectificó. El cordero pascual sacrificado fue el capitán Jaime Carranza Sustaita, de seguridad política del aeropuerto de Tampico, cesado por “extralimitarse en sus funciones”. Je je.
El trío fatal es notorio por sus presunto lazos con el cártel del Golfo y por otras cosas. Cavazos le pega a la brujería –hágame el favor: estos son quienes nos gobiernan. Al lado del tamaulipeco, Peña Nieto es una combinación de Sócrates y Aristóteles─; Yarrington varias veces se libró por un pelo de ir a prisión: lo último que se supo de él es que lo acusan de enriquecimiento ilícito.
Y en el sexenio de Hernández se perpetró la matanza de los indocumentados en San Fernando y se cometieron muchas otras tropelías. Desde luego, el narco no podría hacer de las suyas sin la protección de los políticos, y Tamaulipas siempre ha sido propiedad de los capos.
Parece que la burocracia política de los cuerudos tiene afinidad con los golfos, lo cual no le cae nada bien a los zetas.
Y sí: el Presidente Felipe Calderón Hinojosa se ve muy cochino, muy corriente y huérfano de recursos políticos cuando tiene que apoyarse en Gobernación y la PGR para golpear al PRI.
Vaya: el michoacano esperó muchos años para acalambrar a los tricolores. Igual le sale mal la jugada. ¿Será este episodio el “michoacanazo” del noreste? En 2009 FCH mandó arrestar a 39 altos funcionarios del gobierno perredista de Michoacán, dizque por narcos: no les probaron nada; el preciso quedó en ridículo y los del PRD recobraron la libertad.
Los tamaulipecos en la mira del gobierno panista no son hermanitas de la caridad. Pero la PGR en lo institucional y Marisela Morales, la titular, en lo personal y lo profesional, se distinguen no sé si por su torpeza o por su corrupción.
Por lo pronto, el panismo dio el golpe. Ahora, aunque les pidan disculpas a los tres, el daño al PRI ya está hecho.
