EL RINCÓN MARCIANO
Entre zombis y panistas
Luis Valdez

onterrey.- Mañana de domingo. Veíamos una película de zombis cuando suena el teléfono. Gente del comité de Josefina Vázquez Mota me busca para que vaya a votar.

Que las elecciones internas son en el Casino Club de Leones de Gonzalitos. El horario de diez de la mañana a cuatro de la tarde.

─ No se olvide de ir a votar hoy en nuestras elecciones internas. Es un compromiso, como empadronado en el Partido Acción Nacional.

─ Lo entiendo. Me echaré la vuelta por allá. Muchas gracias.

Apenas terminé la llamada, Thelma me miró de manera calculadora, juzgándome.

─ No sabía que el hombre con quien vivo es un panista.

─ No te culpo. Yo tampoco lo sabía.

─ Pero has trabajado con ellos.

─ Aclarémoslo: he trabajado para ellos. Pero siempre desde afuera. Acabo el proyecto y quedamos en un gracias y ya. Ni siquiera somos amigos.

─ Entonces, ¿qué tienes que ver con la mujer de la mota esa?

─ Ya te lo digo, ni siquiera nos conocemos. ¿Crees que me simpatizan las mujeres que se embarran de política? Ni siquiera fui a asomarme cuando se echó la vuelta a Monterrey.

─ Ya veremos, ya veremos.

Seguimos viendo la película de zombis y me acuerdo de una caricatura que ha estado circulando por el Facebook, donde una manada de zombis bailan PRI–LLER. Me suena muy claro. Los muertos vivientes del PRI sueñan con regresar del más allá. Estos dos últimos sexenios se han tenido que quedar en los sombríos rincones de cafés y cantinas, esperando que la luna regrese a ese punto en que se invoca al cambio de presidencia.

Pero si nos libramos de los panistas, al rato ellos serán unos muertos vivientes. Y así la política mexicana se va plagando de dinosaurios, chupasangres y zombis (muertos que se quieren pasar de vivos).

─ Lo único que nos queda –le digo a Thelma– es que venga Santo y le parta en su madre a todos.

─ ¿Tú crees?

─ Quiero creer, pero está cabrón.

Mañana de lunes. Josefina (la de la mota esa que decía Thelma) quedó victoriosa en las elecciones internas del PAN. No me culpen a mí, porque ni siquiera fui a votar. Preferí pasarme el día viendo películas de terror. Me estoy preparando psicológicamente.