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996 17 Febrero 2012

ANÁLISIS A FONDO
Economía fallida
Francisco Gómez Maza

3.9%, crecimiento más que mediocre
El pleno empleo, en la cola de un venado

Ciudad de México.- ¿Está la economía mexicana condenada a la mediocridad? En cinco años de su administración, el señor Felipe Calderón no ha podido, o no ha sabido, sacar del marasmo económico al país.

Al fracaso de la política de seguridad pública, se suma ahora la fallida administración de la política económica. Un 3.9 por ciento de crecimiento del Producto Interno Bruto en 2011 no hace ninguna diferencia con los resultados de los cuatro sexenios anteriores.

En los gobiernos de la “corrupción e impunidad”, la economía experimentó un crecimiento por arriba del 6 por ciento, apenas para sostener el empleo y el poder adquisitivo de los salarios.

Con Miguel de la Madrid Hurtado (1988), el presidente que inauguró los gobiernos fondomonetaristas, manchesterianos, neoliberales, la economía se desplomó a un promedio anual de 0.18 por ciento.

El populismo financiero de Carlos Salinas de Gortari (1994) apenas logró un crecimiento promedio de 3.9 por ciento.

Con el bateador emergente, Ernesto Zedillo Ponce de León, el conflicto zapatista y sus errores de diciembre, el PIB creció 3.3.

Y vino la alternancia electoral. Vicente Fox se constituyó en el verdugo del priísmo, con un apoyo sin igual de los votantes en las urnas. Pero no sólo no pudo mantener el promedio mediocre de De la Madrid, Salinas de Gortari y Zedillo, sino que en sus manos la economía se hundió a un 2.3%.

Nadie pudo hacer que el país tuviera una buena economía, no obstante que estos gobiernos desmantelaron al Estado y pusieron todo en manos de la empresa particular, que se supone es generadora de riqueza porque no atiende al burocratismo, ni a la corrupción de los políticos.

Y ahora, ni el señor Calderón como lo acaba de comprobar el INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).

El dato ha sido ya profusamente difundido en los medios informativos de toda índole. El crecimiento de la economía, el año pasado, aunque superó al sexenio del primer panista en la presidencia, Vicente Fox Quesada, no rebasó ni con creces el 6 por ciento y más de los gobiernos de la “Dictadura Perfecta” del PRI (Partido Revolucionario Institucional), y ni siquiera del “Último gobierno de la Revolución”, como calificó José López Portillo a su propio sexenio, cuando el promedio de incremento fue de 6.5 por ciento.

Las actividades primarias (agricultura y ganadería) no sólo no crecieron sino que se fueron al hoyo cayendo casi un 7por ciento (-6.92 por ciento). Con Calderón, el campo fracasó rotundamente. Otro eslabón de la cadena de grandes fallas del panista, no tan sonada como la fallida política de seguridad pública.

Así, a Calderón le fue totalmente imposible lograr se “el presidente del empleo”. Va hacia el final de su sexenio con un desempleo atroz, de alrededor de 3 millones de desocupados, más 14 millones de desempleados que han tenido que refugiarse en la economía informal, un cáncer del fisco, pero una oportunidad de oro para mucha gente, mucha de ella compuesta por profesionales universitarios que no encontraron un empleo en la economía formal y que fueron echados al submundo de los tianguis y las actividades comerciales y de servicios no controladas por las autoridades hacendarias.

Para que una economía cree relativamente suficientes empleos debe crecer por arriba de un 6 por ciento anual. México arrastra un déficit de puestos de trabajos millonario. Requiere satisfacer una demanda de por lo menos 1 millón 300 mil nuevos puestos de trabajo cada año y eso que no hablamos aquí de la calidad de los empleos existentes, que apenas alcanzan para pagar impuestos y comprar sólo los productos indispensabilísimos en la alacena de cualquier trabajador.

Con una economía tan débil como la que está heredando el señor Calderón es imposible sacar de la pobreza a los mexicanos. Somos 52 millones de pobres a la fecha. Más de un 40 por ciento.

Este año de 2012, el último de la administración panista de Calderón, no se crearán ni 500 mil nuevos puestos de trabajo, dato reconocido por los encargados de la política económica del inquilino de la casa presidencial de Los Pinos.

Y habría que analizar las condiciones laborales de los trabajadores que son registrados por el INEGI como “ocupados”: sin contrato laboral escrito, con salarios ni justos ni remuneradores, pagados por recibo de honorarios, sin prestaciones, sin vacaciones, sin seguro social que garantice una jubilación suficiente para vivir… precarizados totalmente por la política laboral librecambista, o neoliberal como usted lo prefiera.

Pero eso sí, los privilegiados son el gran capital y los grandes capitalistas. Sobra decir que una de las causas que no permiten que la economía crezca es la inversión que prefiere el mercado especulativo de la bolsa de valores a un proyecto productivo que generaría empleos.

Pero todo sea "Por una patria ordenada y generosa y una vida mejor y más digna para todos"…como reza el eslogan panista.

analisisafondo@cablevision.net.mx

 

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