ANÁLISIS A FONDO
Números al desnudo
Francisco Gómez Maza
Desempleo, el cáncer la economía
La fuga, la economía subterránea
Ciudad de México.- Para tener una fotografía más o menos fiel del comportamiento del empleo y del desempleo, no es suficiente con que los medios informativos destaquen que el desempleo decreció o creció, o el empleo creció o decreció. Esto no dice absolutamente nada.
Es necesario darse un clavado en las pantanosas aguas de los números y las cifras, atosigantes, aburridos, fríos, pero con un poco de paciencia y atención nos pueden llevar a comprender una realidad que, aparte de los números, es agobiante para los mexicanos.
Los hechos, números, proporciones, porcentajes, registrados por el INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), son reveladores de la tragedia mexicana.
Atendamos a las cifras, con atención.
Veamos: de la Población Económicamente Activa (PEA), 95.10% estuvo ocupada el pasado enero. Sin embargo, en ese universo se manifiesta un sub universo de un 8.8% de personas que declaró tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas (los trabajadores mal pagados que tienen necesidad de llevar la chuleta a casa). Este porcentaje aumentó 0.65 puntos en comparación con diciembre de 2011.
La población ocupada alcanzó 95.10% de la PEA. El 65.7% opera como trabajador subordinado y remunerado (en base a salario mínimo; ganan digamos tres salarios mínimos, en promedio); 4.9 son patrones o empleadores, 23% trabaja de manera independiente, y 6.4% se desempeña en los negocios o en parcelas familiares.
En el medio urbano de alta densidad de población, conformado por 32 ciudades de más de 100 mil habitantes, el trabajo subordinado y remunerado representa 74% de la ocupación total; es decir, 8.3 puntos porcentuales más que en el ámbito nacional.
La población sub ocupada, medida como aquella que declaró tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas, representó 8.8% de la población ocupada. Esta proporción es superior a la de enero de 2011, cuando se ubicó en 7.9 por ciento.
La Tasa de Ocupación Parcial y Desocupación considera a la población desocupada y la ocupada que trabaja menos de 15 horas a la semana, no importando si estos ocupados se hayan comportado o no como buscadores de empleo. Ésta se ubicó en 11.25 por ciento de la PEA, nivel ligeramente mayor al de 11.16 de igual mes de un año antes.
La Tasa de Presión General incluye además de los desocupados a los ocupados que buscan empleo, por lo que da una medida global de la competencia por plazas de trabajo, conformada no sólo por los que quieren trabajar, sino por los que teniendo un empleo quieren cambiarlo, o también los que buscan otro más para tener un segundo trabajo. Disminuyó 9.36% de la PEA.
La Tasa de Trabajo Asalariado representa a la población que percibe de la unidad económica para la que trabaja un sueldo, salario o jornal, por las actividades realizadas. La tasa decreció de 61.81 a 61.26%.
La Tasa de Condiciones Críticas de Ocupación es un indicador de condiciones inadecuadas de empleo, desde el punto de vista del tiempo de trabajo, los ingresos o una combinación insatisfactoria de ambos, y resulta particularmente sensible en las áreas rurales del país. Incluye a las personas que se encuentran trabajando menos de 35 horas semanales con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo, y las que laboran más de 48 horas semanales ganando hasta dos salarios mínimos. La tasa se elevó de 12.01 a 13.02.
Y por último, la Tasa de Ocupación en el sector informal. Se refiere a todas las personas que trabajan para unidades económicas no agropecuarias, operadas sin registros contables y que funcionan a partir de los recursos del hogar o de la persona que encabeza la actividad, sin que se constituya como empresa, de modo que la actividad en cuestión no tiene una situación identificable e independiente de ese hogar o de la persona que la dirige y que por lo mismo tiende a concretarse en una muy pequeña escala de operación. Dicha tasa representó 29.02 por ciento de la población ocupada.
Viendo este trágico galimatías, resulta irrelevante el dato de que la tasa de desocupación haya sido de 4.9%, aunque este porcentaje sea inferior al que se presentó en enero de 2011, o cualquier otro porcentaje
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