CRÓNICAS PERDIDAS
Easy to love
Gerson Gómez
Monterrey.- El ultimátum fue certero: Quiero que vayas a casa. Mis papás quieren conocerte. ¿Para qué, si así estamos bien? Si no vas ya no te voy a mamar la riata.
En esta ocasión, me tiene agarrado de los huevos. Ninguna como ella ha jugado, de la manera que me hace sentir. Además, soy un hombre sentimental. Al que siempre le encuentran su lado.
El viernes a las nueve, le dije. Sí, a las nueve, pero puntual, cabrón, porque después de las 10 no me dejan salir. Te lo digo por si quieres que vayamos a coger. Ya sabes que sólo me dejan llegar antes de las dos de la mañana.
Con tres horas tenemos. Una en casa de sus papás. Tres en el hotel. Media hora de camino, media de regreso, perfecto. Gran final. No se le puede pedir menos para principiar el fin de semana.
Llegue a la cita con cinco minutos de retraso. Sólo para demostrar quién tiene control de la situación.
Pasamos a la estancia.
¿Una bebida?, sugirió.
Estuve a punto de caer. Una limonada en agua mineral, si le parece bien.
Le pidió a la asistente doméstica que la prepararan.
Nos miramos. En esto de las primeras impresiones copio lo que recibo. Si ellos mueven la boca, yo gesticulo. Si ellos se truenan los dedos, yo juego con los pulgares.
¿Y en qué la giras?, me preguntó su papá, que es el más alivianado de los dos. No soy trompo chillador, aunque a su hija me la estoy bailando. Mentalicé.
Vivo de mis rentas, quedé con ganas de responder. Soy padrote de putas en la zona de tolerancia. Vendo eurobonos del gobierno alemán. Vivo del seguro de desempleo, aunque esté por vencerse. Ningún empleo está a la altura de mis conocimientos y habilidades. Aún tengo la licenciatura incompleta, en el tercer semestre. Tengo 25 años. En plena salud física y mental.
Respondí: Ahora tengo varios proyectos importantes, entre ellos, incursionar en televisión.
Como ve, los medios masivos de comunicación están pasando una época difícil.
Un amigo mío es productor y me ha pedido que realice un programa piloto, para culturalizar a los telespectadores.
En el primer segmento, asistimos a la lucha libre femenil. Las luchadoras discutieron sobre la fluctuación bursátil con un teporocho.
Movió la cabeza en señal de desaprobación. Creo que no le gusta la palabra cultura.
¿Le sonara a culo?
Ya no quiso escuchar sobre el segundo y tercer programa.
Metí la pata. De peores sitios me han corrido. O despedido. O invitado a salir de la propiedad. Los violentos cuchilearon a los perros.
¿En dónde vives?, preguntó para rematarme.
Con su hija, vamos a poner un depa, ella ya está buscando mobiliario, que usted con gusto va a pagar. Ya me cansé de pagar hoteles de paso. Gasto más.
Una temporada viví en el infierno. Que es la provincia. Nada como vivir en la capital. Y con el capital de los amigos.
Vivo con amigos. En la zona sur.
Debió ya de tener establecido un margen muy estrecho.
Ya no dijo más. Se excuso.
Tengo una cena con unos amigos, dijo y se fue.
Nos quedamos su mamá, ella y yo.
Creo que está sonando la alarma de mi carro, les dije.
Permítanme un momento. No me acompañen. Ahora regreso.
Caminé hasta el auto, que estaba en silencio.
Arranque rumbo al bar.
¿Dónde estás? ¿Por qué te fuiste? Mamá está enojada contigo y yo muy caliente, me mensajeó en el celular.
Borré el mensaje y apague el aparato.
Vaya. Sí que voy a extrañar sus mamadas.
