Suscribete
 
1188 13 Noviembre 2012

 

La corbata roja
Ernesto Hernández Norzagaray

Mazatlán.- La política mexicana quizá sólo se compara con el beisbol en lo que se refiere a guiños, señales, gestos o movimientos simulados, con el fin de trasmitir mensajes, deseos, anhelos, órdenes, sumisiones o compromisos.

Y para esta relación de emisor-receptor, suelen ser útiles todos los recursos que se encuentran a la mano, llámese ausencia, presencia, tono de voz, énfasis en alguna frase o simplemente el color de una corbata.

Sin embargo, además de que es una forma de decir, también es de no decir explícitamente lo que se piensa o quiere, es pues, un lenguaje cifrado de códigos que sólo los más perspicaces son capaces de descifrarlos. Quizá por eso para algunos, pero especialmente en los factores reales de poder, no pasó desapercibido que el gobernador sinaloense se haya presentado a la entrevista con el presidente electo, vestido formalmente y con la corbata más roja existente en el mercado.

No es que Malova tenga sangre republicana española y quiera que se le reconozca como rojo, sino algo más sencillo, ahora que el rojo es casi patrimonio del PRI en el sistema de partidos. Sólo se lo disputa el PT, que con ese color pasional, busca que se le reconozca su origen maoísta.

Entonces, como el gobernador no es maoísta ni nostálgico del comunismo, sino es lo que es en este momento, gracias al éxito de la campaña que tuvo con panistas, perredistas, petista, movimentistas o ciudadanos ingenuos que buscaban traducir su voto en moneda de cambio, entre otras expresiones de la fauna partidaria, el sentido de la corbata roja no puede menos que estar en clave de mensaje de dónde se encuentran sus verdaderos afectos políticos. Recordemos que Malova se formó en el PRI, incluso él reconoce públicamente al ex gobernador Juan Millán como su padrino político, quien sigue siendo un factor real de poder en el partido tricolor, y todavía hoy sus detractores lo señalan como el culpable de que Malova no haya respetado la disciplina partidaria, y por ello Jesús Vizcarra no logró la titularidad del gobierno del Estado. O sea, el puesto que detenta algunas veces con cierto desparpajo Malova.

Códigos
Pero, volviendo al punto, esa corbata roja tan sutil como ostentosa, es parte de una serie de mensajes codificados que tendrán consecuencias en lo que resta de su gestión como gobernador. Ya lo decíamos en otra colaboración en estas páginas (“La encrucijada del PAN”), que es cuestión de tiempo para que Malova regrese al PRI y deje con un palmo de narices a sus aliados electorales. Posiblemente será después de las elecciones del próximo verano cuando se defina la integración de las 18 Presidencias Municipales y el Congreso del Estado, y su primera prueba de fuego fue el 4 de noviembre, cuando se eligió a Edgardo Marentes como nuevo Presidente y al Comité Directivo Estatal del PAN, ya que en ese momento se sientan las bases para amarrar algunas de sus candidaturas para julio próximo.

Y es que es condición sine qua non para el gobernador seguir teniendo de aliado al PAN, porque el PRI estatal, si bien no le causa muchos problemas, pues hemos visto cómo le apoya por ejemplo a través de su fracción parlamentaria en el desmesurado endeudamiento público, lo cierto es que en tanto no se defina  a favor del PRI, seguirá siendo un adversario político muy poderoso en el 2016. Y eso en política obliga a minar esa fortaleza para que crezcan sus propias propuestas. De ahí que lo importante es cómo juegue el equipo gobernante sus fichas en los próximos meses, porque sea que el gobernador vuelva al PRI o persista este juego de equilibrios entre el PRI y el PAN, cualquiera que sea tendrá costos que deberán aquilatar para caminar con menor riesgos.

La vuelta al PRI. Si bien a simple vista podría verse como que vuelve el hijo descarriado a “casa”, y luego de una reprimenda se le conmina a volver a las tareas, pero las cosas en política no son tan sencillas; recordemos la máxima de que en política no hay vacíos, así que en este lapso donde el PRI aparentemente quedo huérfano político, algunos liderazgos viejos y emergentes buscan llenarlo. Sospecho que el PRI de Peña Nieto en estados donde ha habido retrocesos o pérdidas graves, como es el caso de Sinaloa en 2010, el CEN tricolor tomará la batuta para buscar recuperar el terreno perdido, evitando en lo posible que no sean los actores políticos que ocasionaron la debacle, como habrá de suceder en los estados del Golfo de México, donde el retroceso incluyó la derrota en la elección de gobernador en Tabasco ante el PRD, y es donde cabe que al menos Malova no sea un obstáculo.

Pago de Malova
Cierto si Malova regresa al PRI con la mayoría de alcaldías y una supermayoría en el Congreso del Estado, además, con suerte de una disminución en los índices de violencia declarada, quien sabe si real, será la mejor forma de pagar la afrenta de aquel año donde se cuestiono moralmente al candidato a gobernador del PRI. Pero si no sucede esto. Las cosas serán distintas y hasta puede complicarse el escenario. El gobernador tiene malquerencias en el tricolor, políticos que están al acecho esperando que pague cara la derrota, y en la medida de lo posible podrían jugaran su juego de suma cero, es decir, lo que pierda aquel lo ganó yo.

Otra cosa es el PAN, que si ocurre ese regreso previsible de Malova al PRI, y esto sucede con la dirigencia promovida desde la Secretaría de Gobierno, los saldos serán muy costosos para la credibilidad del albiazul, que sale al menos señalado por Roberto Loaiza de que el gobierno del estado estuvo operando a favor de Edgardo Marentes, y si su aliado regresa al PRI quedarían literalmente colgados de la brocha ante la opinión pública. Esta hipótesis no está en el análisis del grupo que hoy llega al PAN y por lo tanto no están preparados para controlar el posible desenlace. Incluso, de no volver Malova al PRI, a esta alianza tutti fruti se le complicaría el escenario, pues tendrían que luchar contra un PRI con muchas vitaminas.

La sonrisa y la corbata roja
Por eso la sonrisa de Malova y su corbata roja no es cosa menor, es parte de toda una actuación que busca réditos políticos en el corto y mediano plazo; Malova pretende ser el interlocutor de Peña Nieto en el estado, evitar en la medida de lo posible que actores políticos como Heriberto Galindo o Francisco Labastida, vengan a llenar ese espacio que a la vista del centro sigue sin llenarse. Aunque muchos priistas malovistas en el gobierno sientan que están haciéndolo y trabajando en esa dirección.

Peña Nieto llega a la Presidencia de la República cuando en la mayoría de los estados ha habido al menos una alternancia; este dato aparentemente insignificante no lo es tanto porque para llegar a este punto fue necesario que se debilitaran e incluso en algunos casos desaparecieron los poderes fácticos de la otrora “familia revolucionaria”; esto permite un mayor manejo al hoy presidente electo de manera que puede pactar con otros segmentos de la clase política. De hecho lo está haciendo con los gobernadores de los otros partidos. Incluso un hecho igualmente no menor fue que Malova es el único gobernador que llegó solo a esa entrevista, lo que sin duda le resta capacidad de negociación o que tendrá que pagar un costo alto y esto puede ser, repito, un triunfo absoluto en Sinaloa acompañado con tirios y troyanos.

En fin, la corbata roja no es sólo una anécdota política,  tiene un significado profundo, y para medir de cuánto es habrá que dejar pasar un tiempo razonable en un estado que vive una gubernatura personalista y que podría ir en contra de los tiempos que vienen.

La sociedad mexicana, si quiere salir del atolladero calderonista y el gobierno busca sacudirse del estigma de viejo PRI, debe retomar la agenda ciudadana que le resolverían muchos de los problemas que estamos viviendo todos. No hacerlo puede provocar que al tirar el agua sucia del sexenio que termina nos vayamos todos con ella al resumidero.

De ese tamaño es el desafío del próximo sexenio y lo de la corbata roja es simplemente una buena coartada para el análisis político de un gobernador que por lo pronto no deja espacios vacíos.

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 


15diario.com