Suscribete
 
1297 16 Abril 2013

 

Avanzar o no avanzar
Nora Elsa Valdez

Monterrey.- Alguna vez viajando con mi padre, su automóvil empezó a fallar: avanzaba y se detenía repetidas veces durante la marcha. Conociendo algo de mecánica, su sencillo diagnóstico fue que su coche estaba “pistoneando”. Algo similar a este curioso efecto, por el que algo avanza y se detiene repetidas veces, parece estarnos afectando en estos momentos.

Al parecer, los obstáculos que nos impedían avanzar como humanidad y transformar nuestro planeta en un lugar hermoso para vivir en armonía, ya han sido eliminados. Pero casi nadie sabe que esto ha sucedido, por lo que la mayoría sigue creyendo que sus proyectos seguirán fracasando, que todo seguirá saliendo mal y que nunca acabará el sufrimiento.

La energía ha cambiado y ya podemos avanzar. Lo que siempre deseamos ya es posible. Ya podemos hacer realidad nuestros sueños más elevados de alcanzar una vida de amor y armonía para todos.

La vida es avance, expansión, expresión de todo lo que el alma desea. Todo lo que imaginamos, guiados por el alma, es posible. La nueva Tierra está hecha para plasmar, materializar y disfrutar nuestras creaciones. Ya podemos convertirla en un paraíso y crear nuestro cielo en la Tierra. Somos dioses creadores ensayando, aprendiendo a crear.

Si ya no hay obstáculos y ahora es posible hacer realidad todo lo que imaginamos, lo único que nos detiene es la duda. La duda nos dice que nunca podremos lograr lo que queremos y que somos unos ilusos si creemos tener poder. La duda nos asusta, nos atora, nos detiene, nos paraliza.

Cuando nos entusiasma una idea, nos alegra imaginar que podemos hacerla realidad. Pero al poner manos a la obra nos asalta la duda y nos recuerda la vez que nos fue tan mal, y llega el miedo al fracaso que ha quedado registrado en los archivos de la mente.

Recordamos el dolor, las burlas, las pérdidas y nos detenemos. Si la alegría de llevar a cabo una nueva idea nos pone en movimiento y nos trae esperanza, el recuerdo del fracaso que nos trae la duda del pasado nos detiene y destruye esa alegría. Luego escuchamos los reproches internos: “esto es una tontería, ¿cómo puedo ser tan ingenuo y creer que ahora sí va a funcionar?”. No necesitamos enemigos que nos detengan. Nuestro principal enemigo es la duda y está dentro de nosotros.

¡Ya basta! Tenemos que callar esa duda y alejarla de nosotros. Para ello podemos agradecerle que nos quiera prevenir del fracaso, pues la duda viene de una parte de nosotros que desea evitarnos sufrimientos. Su labor ya no es necesaria y hay que apartarla de nuestros pensamientos. Ya todo ha cambiado, y ahora podemos avanzar y realizar nuestros sueños sin miedo, con seguridad y alegría.

Hemos venido a una misión. Nadie tiene nuestros sueños, ni puede hacerlos realidad por nosotros. Somos únicos e irrepetibles.

Estamos aquí para algo que tenemos que aterrizar y hacer realidad. Podemos empezar despacio, paso a paso, mientras adquirimos seguridad y confianza, y comprobamos que el camino ha sido despejado y no hay obstáculos. Veremos que hay personas que nos esperan para colaborar con nosotros, para ayudarnos y que los ayudemos.

Si sentimos el efecto de avanzar y detenernos en nuestras vidas, primero hay que apagar las dudas que nos atoran. Si avanzamos poco a poco, iremos logrando seguridad y velocidad, y ya nada podrá detenernos. El mundo espera nuestra contribución pues cada uno somos parte de un equipo, con una tarea diferente y específica qué cumplir.

Es momento de empezar a avanzar y de acabar con las dudas que quieren detenernos. Las dudas salen sobrando cuando hemos puesto a nuestro ser superior al volante, porque él sabe muy bien qué hacer y hacia dónde  dirigirse. Sólo nos hace falta confiar y empezar a caminar.

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

15diario.com