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1337 11 Junio 2013

 

Otro pacto sin ciudadanos
Jesús González Ramírez

Monterrey.- Hace unos días el diputado del PAN Luis David Ortiz propuso al Gobernador Rodrigo Medina de la Cruz un “Pacto por Nuevo León”.

No lo hizo en una entrevista cualquiera, ni en algún acto público donde gestionara apoyos para el distrito por el cual es diputado. Lo hizo, ni más ni menos, desde la tribuna del Congreso de Nuevo León.

Podría ser un acto de humildad, me explico, aceptar que los intereses de los partidos políticos y del gobierno del Estado han bloqueado las soluciones a los problemas que afectan a la población. Habría sido una acción para reconocer, sin duda, pero cuando escuchamos las palabras del diputado Ortiz regresamos a la realidad.

En su propuesta, el diputado menciona que debe darse un pacto entre los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, lo cual, como dice mi amigo Roberto Gallardo, no es necesario porque ellos ya gobiernan. También menciona que se deben incluir sindicatos y organismos empresariales, suena lógico. Pero no hay en la propuesta del diputado, ni en las respuestas del PRI y del gobierno un punto esencial: incluir a los ciudadanos en la discusión de la agenda de los problemas de Nuevo León.

Un “pacto” que no incluya a ciudadanas y ciudadanos, que se desarrolle entre la clase política y los actores que han demostrado no representar a la ciudadanía es un despropósito, si es que no, un cálculo político para no incluirlos. ¿Está enterada la ciudadanía de este “pacto”?

II
Los reflectores sobre las propuestas de Ley de Participación Ciudadana se han movido hacia otros temas, era lógico, pero el proceso para lograr aprobar esa Ley, hoy es diferente.

El anterior proceso, el que inició en 2004 y duró hasta 2012, se mantuvo en negociaciones entre organismos que decían representar a ciudadanas y ciudadanos, y los diputados del PRI, principalmente. Hoy el proceso que empuja el Movimiento Promotor de la Ley de Participación Ciudadana en Nuevo León es público y abierto a toda la población.

Se entendió, al iniciar este nuevo proceso, que no se podía discutir una propuesta de Participación Ciudadana sin que la población participara. El Movimiento ha abierto un blog en esta dirección  http://lademocraciaparticipativa.wordpress.com/ y cuentas en redes sociales, donde cualquier persona puede acceder e informarse de los pasos que se están dando para lograrlo y va más allá; cualquier persona puede participar dando su opinión, que es valorada igual que la de los académicos y ex funcionarios públicos que participan, o bien aportando en alguna de las tres líneas de acción que se acordaron: Creación de contenidos para explicar la importancia de la Participación Ciudadana y de la Ley; Mesas de difusión en plazas públicas de los municipios y campaña en Internet por mails y redes sociales.

Algunos de los actores se han conformado con el primer logro de hace unos días: la aprobación en primera vuelta de la reforma a la Constitución para incluir la Participación en la misma. No consideran necesario continuar el trabajo de difusión. Aún faltan dos pasos importantes más: una segunda votación en el Congreso que requiere de 28 diputados a favor y, el más importante, discutir la Ley que queremos.

El Movimiento promotor de la Ley, que agrupa a 30 organizaciones y un importante número de ciudadanas y ciudadanos está en la calle y está informando, convencido de que es la única manera de lograr un marco legal para la participación de la población en Nuevo León.

III
Se ha hablado mucho de las características de lo que llamamos el Regio, gentilicio con el que nos conocen en el país, pero siempre se le menciona con atributos funcionales para mantener la “paz social” que era conveniente a la clase política y a los empresarios del Estado.

Sin duda somos trabajadores y ahorradores, también conservadores y con aprecio por la familia. De lo que casi no se habla es de que este “chip regio”, esta programación mental que lleva décadas, también tiene la intención de evitar la protesta social y minimizar la participación ciudadana real en los asuntos públicos.

Un “chip regio” que nos llevó a delegar los derechos civiles, políticos y económicos en grupos políticos y empresariales. Un “chip regio” que se instauró a la mala, cuando se satanizó cualquier protesta con el argumento de que rompía la “paz social”. Que se afianzó a la buena, cimentando como símbolos del regio la carne asada, el gusto por el futbol y por el paseo en los centros comerciales. Y cuando esto fallaba, se instauró a la fuerza, reprimiendo y desapareciendo a activistas sociales.

Este “chip regio” es el que hoy está en una encrucijada, si se mantiene, será una bomba de tiempo que nos llevara a una emergencia humanitaria peor de la que ya vivimos, y si la población logra desaprenderlo, conservar sus aspectos positivos y complementarlo con valores como la solidaridad, se estaría en el inicio de la construcción de otro Nuevo León, uno más humano.

IV
Los temas anteriores están ligados de manera crucial para el futuro de Nuevo León. En los tres temas el eje principal son las ciudadanas y ciudadanos, su participación o no en la vida pública, su participación o no en las decisiones que terminaran afectando a toda la población. Omitir a la población como eje principal es condenar a Nuevo León a perder generaciones en medio de la descomposición social. Generaciones que ya han sido afectadas por la violencia, como las victimas de desaparición forzada o de las ejecuciones, las que han perdido sus empresas y patrimonio por secuestros o extorsiones, las que no han podido asegurarse los satisfactores mínimos para vivir por una política económica que no redistribuye la riqueza, las que tuvieron que irse a vivir a Texas, Yucatán o el D.F. huyendo de la realidad del Estado.

Algunos de los impulsores piensan que con Ley o sin Ley de Participación Ciudadana la población debe organizarse para revertir esta situación, muchos ya lo están haciendo.

¿Ustedes?

PD. En este estado vivimos, en esta ciudad vivimos, no podemos ir a tirar una bomba y desaparecer a todos los ricos de Nuevo León, no podemos ignorar y condenar a los pobres de Nuevo León, habrá que tender puentes entre comunidades, puentes honestos, que no acepten ni la desigualdad, ni la discriminación, ni la corrupción. En este estado vivimos.

@proyectoepuente

 

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