Patrimonio mundial y decisiones racionales
Luis Miguel Rionda
Guanajuato.- Comentaba la semana pasada que varias obras públicas y privadas han generado un debate entre la opinocracia de la ciudad de Guanajuato, Patrimonio Mundial de la Humanidad.
La elite intelectual cuevanense suele ser impulsiva y poco afecta al debate informado, sobre todo cuando se buscan protagonismos. Las descalificaciones mutuas o hacia la autoridad municipal y hacia el INAH fueron intensas en los medios impresos y en las redes sociales.
El culmen del debate público vino a darse cuando la presidencia municipal recibió, a fines de mayo, un oficio enviado por el director de Patrimonio Mundial del INAH, el doctor Francisco Javier López, instando a la autoridad local a “acatar plenamente e implementar correctamente” los criterios de la Convención del Patrimonio Mundial.
Este oficio fue resultado de una comunicación previa que el Consejo Ecologista Guanajuatense dirigió a Nuria Sanz, jefe de la Unidad para América Latina del Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO, donde denunciaron presuntas afectaciones a la imagen urbana por las obras del Centro Comercial El Cantador, el Parque Florencio Antillón, la Presa de la Olla y el Hotel Boutique Plaza de la Paz.
Llamó la atención que el INAH demandara este acatamiento, cuando su delegación estatal había concedido ya las autorizaciones para las obras, o bien se encontraba en el trámite de hacerlo en el caso del centro comercial.
Ante la rumorología, el alcalde tomó la decisión de convocar a una reunión informativa a representantes de once organizaciones civiles, y a algunos ciudadanos especialistas en el tema del patrimonio. Esta reunión se realizó el jueves 20, y durante tres horas y media se debatió cada una de las obras cuestionadas.
Yo participé, junto con el biólogo Ricardo Torres Cervantes, representando a la asociación Guanajuato Somos Todos. Lo hice en mi calidad de secretario ejecutivo de esta agrupación, y porque soy antropólogo social, conocedor de las dinámicas culturales y sociales de mi ciudad y mi estado.
La mayoría de los participantes acudimos con ánimo crítico, pero constructivo. Pero como siempre, no falta el locuaz que busca el protagonismo, sin importar que los asertos y acusaciones no vayan acompañados de evidencias objetivas.
Fue el caso del presidente del Consejo Ecologista Guanajuatense, el señor Enrique Avilés, quien de inmediato lanzó acusaciones muy graves al alcalde, que fueron rebatidas con pasmosa facilidad por el afectado: sencillamente eran mentiras calumniosas, fundadas en chismes de café.
Me parece triste que una agrupación admirable como el Consejo, esté ahora secuestrada por un estalinista anacrónico que se parapeta detrás de causas que cambian según los vientos del momento.
Ayer fue la revolución proletaria, hoy es el ecologismo radical.
Por cierto, le aclaro al setentero Avilés que yo nunca alabé ni puse a las órdenes del alcalde a nuestra asociación: esa es una mentira llana que puedo evidenciar con la grabación del evento. Felicité al edil por el valor de convocarnos, cuando antes nuestras agrupaciones no podían poner un pie en las Casas Reales.
La reunión fue productiva y generó un clima de cordialidad entre la sociedad organizada y la autoridad.
Se acordó corregir los errores cometidos y mantener la comunicación mediante la reactivación del consejo de asesores en materia de patrimonio cultural y urbano. Pronto se emitirá la convocatoria y las agrupaciones podrán proponer candidatos a consejeros, que no recibirán emolumento alguno.
El doctor en arquitectura Manuel Sánchez, representante del ICOMOS (International Council of Monuments and Sites) en Guanajuato, fue sin duda el más agudo comentarista, pero sus alumnas, Daphne Galván y Maru Cervantes, maestras en restauración de sitios y monumentos que hoy trabajan para el municipio, no se dejaron amilanar y tuvieron un debate técnico con altura y respeto.
Precisamente eso es lo que se necesita en el ámbito de la conservación de una ciudad patrimonial: criterios técnicos para tomar decisiones racionales que nos permitan mantener e incrementar nuestros acervos monumentales.
Guanajuato Somos Todos A.C. reiteró su compromiso con su objetivo principal: Contribuir en la formación y el fortalecimiento de la conciencia y participación ciudadana en la solución de los problemas ecológicos, urbanísticos, económicos, sociales, políticos y culturales del Municipio y Estado de Guanajuato.
Su objetivo quinto: Proteger proactivamente la imagen y el desarrollo urbano del Municipio de Guanajuato, Guanajuato, contribuyendo al crecimiento ordenado del mismo.
Y el décimo: Coadyuvar con las instancias gubernamentales y sociales para la preservación del título que ha otorgado la UNESCO a la ciudad de Guanajuato, considerándola ‘Patrimonio Cultural de la Humanidad’.
Lo haremos en colaboración con otras agrupaciones, así como con la autoridad cuando ésta se muestra accesible y respetuosa.
Luis Miguel Rionda es antropólogo social y profesor investigador de la Universidad de Guanajuato, Campus León.
luis@rionda.net
Twitter: @riondal
