Nuevo León, falso paraíso laboral
David Carrizales

Monterrey.- El gobernador Rodrigo Medina de la Cruz, al dar a conocer la creación de una “Ciudad Laboral” para concentrar a todas las dependencias del trabajo en un mismo espacio, presumió el martes que Nuevo León cumplirá este mes 15 años sin huelgas estalladas. Pero el hecho, contra lo que consideran las autoridades, no implica necesariamente armonía entre los factores de la producción.

Y más que hablar bien de la situación de los trabajadores, la inexistencia de huelgas habla mal de la actitud de los líderes sindicales, que a cambio de canonjías y privilegios personales, no defienden los derechos de sus representados, para el pago justo de salarios y prestaciones, ni se preocupan por las condiciones de seguridad e higiene con las que desempeñan sus labores cotidianas.

Los trabajadores son abandonados a su suerte, y en el momento que las empresas o un mal jefe lo decida, son lanzados a la calle, aún cuando teóricamente tengan una organización que los represente, no hay líder sindical que se atreva a estallar una huelga por violaciones al contrato colectivo de trabajo.

Por eso se explica que este mes se cumplan 15 años sin huelgas como si todo fuera paz y armonía laboral, cuando en los conflictos individuales sólo entre octubre de 2011 y septiembre de 2012, se reportaron en el Tercer Informe de Gobierno de Medina de la Cruz, 13 mil 694 demandas presentadas, doce mil 618 demandas terminadas, y 64 mil 256 demandas en trámite.

Apenas un día antes de las palabras del gobernador, había ocurrido una explosión en la planta siderúrgica Ternium de San Nicolás de los Garza, que dejó en lo inmediato un saldo de al menos doce trabajadores heridos y dos muertos, elevándose a seis la cifra de fallecidos hasta el momento.

Estaremos ante un hecho criminal que deberá ser castigado, si los peritajes que se han iniciado, confirman las versiones de especialistas y de personas que han tenido relación con la empresa de capital italiano-argentino.

Se ha difundido la especie que el accidente pudo suceder por malas prácticas de mantenimiento, debido al uso de refacciones obsoletas, y el empleo de personal sin experiencia, provisto por agencias outsourcing, todo ello con el afán de ahorrarse costos.

El mismo lunes que ocurrió la explosión en Ternium, en la ciudad de México, el presidente Enrique Peña Nieto puso en marcha el Programa para la Formalización del Empleo 2013, pues admitió que 28 millones de trabajadores (seis de cada diez de los que hay en México) se encuentran en la informalidad, con bajos sueldos, sin prestaciones, ni seguridad social.

Pero habría que decir que el problema no lo constituyen sólo empleadores o auto empleados que se dedican al ambulantaje y la piratería, actividades que a fin de cuentas resultan un salvavidas ante la crisis permanente que sufre el país desde hace tres décadas, sino principalmente las empresas medianas y grandes que aparecen como formales, pero mantienen a sus trabajadores o a gran parte de ellos en la informalidad, sin reconocerles los derechos más elementales.