MALDITOS HIPSTERS
Los utópicos cineteros de Buñuel
Luis Valdez
Monterrey.- La Navidad pasada me gasté parte del aguinaldo en tres paquetes de películas filmadas por Luis Buñuel. Estaban en oferta y no lo pensé dos veces. No deja de impresionarme ni sus películas, ni lo poco que parecen impresionar a gran parte de los mexicanos. ¿Realmente lo valoran como se debe?
En el marco de la conmemoración por el 30 aniversario luctuoso del cineasta español Luis Buñuel, la Cineteca Nacional ofreció una selección de sus películas más famosas. Para quien esto escribe, resulta conveniente que siempre haya ruido en estos menesteres, porque eso me sube el autoestima sobre que vale la pena la promoción cultural.
Pero tampoco se me va el mal sabor de boca de saber que hace un par de meses hubo un curso sobre el cine de Luis Buñuel. ¿Y saben cuántas personas entraron? Sólo tres. De esos, dos pagaron la mitad del costo, porque no asistieron a todas las sesiones, y solamente uno lo aprovecho en su totalidad.
¿Será que es Monterrey? Basta ya de ese prejuicio de provincia… en esta ciudad vemos tanto cine como en el DF, si ya contamos con una cineteca, varios cineclubes institucionales e independientes, y un par (dramáticamente sólo un par) de cineclubes especializados.
¿Sabemos los de Monterrey tanto de cine como los del centro del país? Obvio que no. Aquí no tenemos unos cines Lumiére, y las cadenas comerciales están desapareciendo sus salas llamadas de “cine alternativo”. Pero una de estas cadenas tiene un ciclo de cine francés y otro de documentales. La cuestión es si los de por estos lares vemos buen cine (a pesar de no tenerlo tan a la mano).
No me pregunten qué opinión tiene un joven o un adulto sobre el cine de Buñuel. No lo sé. Y no tengo la mínima idea de cómo podría saberlo. La cultura en México es subjetiva, y por lo tanto esos culturalosos que se la pasan en los cafés y en las exposiciones, bebiendo vino tinto, devorando canapés y hablando de cine de arte, también son seres subjetivos. Uno nunca va a saber qué tanto creerles. Uno tampoco sabrá jamás si realmente les interesa la cultura o sólo el café gratis y las galletitas.
Ni siquiera sé si los presuntos cineteros del buen Buñuel son reales o sólo se ponen mascaras de luchador (por el buen cine) de vez en cuando. Utopía de utopías, no hay nada nuevo bajo el sol.
