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1455 22 Noviembre 2013

 

Carta a los jóvenes
Miguel Treviño Rábago

Reynosa.- Dedico y redacto esta columna con toda mi estimación para los millones de jóvenes de México que viven hoy preocupados por su futuro personal y el de sus familias. La situación social, política, económica y educativa que se vive en el país es sumamente grave y es preocupante la actitud indiferente, antipatriota y hasta suicida que han adoptado los gobernantes de México en sus tres niveles: federal, estatal y municipal. Ya no digamos el entreguismo y la actitud traidora al pueblo, de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial y quienes hoy los integran.

La presidencia imperial ya no funciona, jóvenes. Los tiempos aquellos del presidente fuerte y todopoderoso ya pasaron a la historia. Es un sueño guajiro e irracional, el que se pretenda echar la maquinaria del tiempo hacia atrás para regresar al presente el presidencialismo atroz, abusivo, prepotente y asesino que ejercieron muchos de los presidentes emanados del PRI. Los dinosaurios no van a revivir. Ya se extinguieron. Los grandes ideólogos del priismo o son ancianos o están muertos. Se fueron para siempre.

El porfiriato terminó derrotado hace 103 años cuando auténticos caudillos populares como Madero, Carranza, Villa, Zapata, Ángeles, los Flores Magón, Calles, Obregón y tantos otros se fajaron las pistoleras y alzaron los rifles 30-30 para terminar de una manera sangrienta con una dictadura que ensangrentó al país y dejó un millón de muertos. México rompió así el cascarón de la democracia y se dió orden con una Constitución de 1917 que hoy sigue vigente,  pero que en muchos aspectos es obsoleta, con mil parches y remiendos. Más claro: ya no sirve. Necesitamos una nueva y moderna Constitución.

La Revolución Mexicana se hizo PRI por obra y gracia de Calles y del General Lázaro Cárdenas, y de allí para adelante ese partido impulsó todo, hasta el punto de pervertir todas las instituciones que emanaron de los gobiernos tricolores hasta corromperlas y destrozarlas, convirtiéndolas en botín de muchos políticos hoy multimillonarios. Las instituciones que nacieron con propósitos de justicia y beneficio social ya se pudrieron también. La corrupción les carcomió sus cimientos y están sostenidas ya con puros alfileres. EL PRI contaminó y pudrió todo.

En 1968, el estudiantado nacional se lanzó a las calles para exigir reformas constitucionales que culminaron en sangrientas represiones que alcanzaron su clímax el 2 de octubre de ese año, en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, donde el Ejército entrampó y masacró a decenas de jóvenes que ejercían su derecho constitucional a reunirse y expresarse. La mano asesina fue la del presidente priista Gustavo Díaz Ordaz y su fiel lacayo y sucesor Luis Echeverría Alvarez.

En 1988, el Ingeniero Cuautémoc Cárdenas Solórzano potulado por el Frente Democrático Nacional (FDN) le ganó las elecciones presidenciales a Carlos Salinas de Gortari. Priistas y panistas en descarado contubernio, llevaron acabo uno más de los grandes fraudes electorales que se han cometido en este país por parte del PRI y los poderes fácticos, y se quedaron con el apoyo de las bayonetas con el Palacio Nacional. Las fuerzas armadas apoyando al PRI y al PAN impidieron a la apertura de los paquetes electorales y el recuento de los votos. Cárdenas se doblegó supuestamente para evitar un baño de sangre y Salinas se trepó alegremente al sillón presidencial, al que ahora ha regresado (dicen las malas lenguas) a través de Peña Nieto. 

En el 2000, el pueblo mexicano pegó un brinco de júblio. Vicente Fox derrotó al PRI por amplio margen con la promesa reiterada de limpiar la corrupción y meter a la cárcel a los saqueadores tricolores. El gozo pronto se fue al pozo. Fox y los panistas no llevaron a juicio a ningún priista y se dedicaron con singular alegría al saqueo del país. Y en esta actividad de rapacidad lo acompañaron su pareja y esposa Marta Sahagún y sus hijastros de apellido Bribiesca. Se convirtieron descaradamente en multimillonarios y el país marchó a la deriva 6 años, en los que la delincuencia echó profundas raíces en la sociedad mexicana. El engaño de Vicente Fox al pueblo fue monumental. Su ignorancia e importamadrismo son históricos.

En el 2006, Andrés Manuel López Obrador derrotó en las urnas electorales al panista Felipe Calderón Hinojosa. El fraude está ampliamente documentado. Fox había decepcionado al electorado mexicano y millones de mexicanos depositaron sus esperanzas en el candidato de la izquierda mexicana. Todos deseaban un cambio, una limpieza total, una oxigenación de la vida nacional, todos querían ver las cárceles llenas de funcionarios panistas y priístas ladrones y saqueadores. Y una vez más, PRI y PAN con apoyo de autoridades electorales y tribunales legitimaron otro fraude electoral para retener el poder en manos del PAN. Entonces se desató la carnicería de más de 100 mil mexicanos en una “guerra” declarada por Calderón a ciertos grupos de narcotraficantes. A otros no se les tocó ni con el pétalo de una margarita. El baño de sangre es de horror. Agregándole miles de desaparecidos y desplazados. Una pesadilla de terror que es fecha que no termina.

Hemos llegado al 2012 en medio de otro escándalo de fraude electoral perpetrado por el PRI de Peña Nieto y un pequeño círculo de amigos que lo han apoyado en todas sus aventuras políticas. El emblema del actual gobierno del PRI es su obsesión enfermiza por controlar políticamente a toda la estructura gubernamental, por controlar todas las fuerzas armadas y policíacas, todos los recursos públicos, todos los medios de información, todos los sindicatos, todos los partidos políticos, todos los diputados y senadores, todos los gobernadores de los Estados, todo lo que antes tenía en un puño un presidente de la República.

Pero Peña Nieto llegó al poder fuera de tiempo. El México que el PRI mal que bien gobernó (hasta Ernesto Zedillo en el año 2000) ya no es el mismo en 2013. Con todas sus fallas y defectos, el PAN ablandó la estructura presidencial, se le salieron de control muchos actores políticos, entre ellos la poderosa delincuencia organizada en México e internacionalmente, los militares tienen hoy un creciente poder porque saben que son el único sostén del Presidente, México se convirtió en un apéndice más de Estados Unidos, y la oligarquía multimillonaria mexicana exige el pago por los favores otorgados en las últimas elecciones y que sus privilegios (entre ellos el de no pagar impuestos al fisco) permanezcan intactos.

Lastimosamente, los mexicanos hemos observado ya el comportamiento lacayuno de los que se hacen llamar nuestros “representantes populares” y francamente es indignante el comportamiento de una inmensa mayoría de diputados y senadores que han aprobado “reformas” que atentan brutalmente contra los trabajadores y trabajadoras mexicanas, contra los maestros y maestras de éste país, contra los niños y jóvenes de las escuelas públicas, contra los pequeños y medianos comerciantes, contra los campesinos, contra los periodistas, contra muchos sectores de la población vulnerables y sin recursos jurídicos para defenderse. Hasta un cierto grupo de empresarios han salido ya afectados con medidas fiscales represivas y cien por ciento recaudatorias, sin dejar de lado que la violencia no disminuye en el país.

Esta reseña muy superficial del actuar de los priístas, panistas y a últimas fechas de los perredistas que se han unido al carro de los corifeos y bufones, es una burla al pueblo de México. La presidencia imperial ya es cosa del pasado y Peña Nieto no puede estar delirando en regresar a gobernar como lo hizo el PRI hasta el año 2000. México ya cambió. Tan es así, que los países de centro y sudamérica ya no sienten ningún respeto por el hermano mayor que era México. Esos países ya se percataron que priistas y panistas convirtieron a nuestro país en una estrella más de la bandera de Estados Unidos.

Sólo falta que nos declaren protectorado. Triste decirlo: Desde Washington se gobierna en los dos países del norte. 

De ahí que deseo llamar la atención de los jóvenes mexicanos para que se decidan a luchar por la independencia y la soberanía de México. Es urgente que los jóvenes salgan en defensa del petróleo mexicano, cuya entrega a los petroleras extranjeras se cocina a toda prisa en las Cámaras de Diputados y Senadores. México es un país con una inmensa mayoría de jóvenes que no pueden ni deben quedarse cruzados de brazos y que deben hacer a un lado todas esas estupideces del futbol que sólo engordan los bolsillos de unos cuantos vivales. La juventud mexicana debe darse cuenta del momento histórico tan grave que se vive en el país, al intentar el gobierno de Peña Nieto entregar los energéticos a sus cómplices nacionales y extranjeros. Y eso se llama simple y llanamente traición a la patria.

Los viejos amamos a México, se nos inculcó el amor a la Patria, conocemos la historia y aportamos las ideas, pero en las grandes movilizaciones todos debemos participar. Sin embargo son los jóvenes, las nuevas generaciones de hombres y mujeres las que aportan más energía, más fuerza, más entusiasmo a las manifestaciones públicas y pacíficas de inconformidad. Son los jóvenes (muchachos y muchachas) las que deben abanderar la defensa del petróleo, del territorio nacional, de las costas mexicanas, de los bosques, de las reservas ecológicas, de los ríos y mares, de las universidades públicas, de las plazas públicas, de los niños y de los ancianos, de los pobres de éste país, de las riquezas naturales, de las fronteras, de las culturas, de las etnias, de los medios libres e independientes, de la libertad de cultos, de reunión, de expresión, de tránsito, de trabajo, etc; etc. Todos estamos aquí para defender a México de las pandillas políticas que hoy pretenden privatizarlo, venderlo en pedazos, destrozarlo y dividirnos. Ésta es la hora de la Unidad. 

La presidencia Imperial del PRI ya no puede regresar a éste país y tampoco aceptamos a sus chalanes del PAN y del PRD. Los jóvenes de éste país tienen hoy la palabra y la acción. Hago votos porque los trabajadores y trabajadoras de todo el país se sumen a éste gran movimiento nacional en defensa de las riquezas de México.

trabago49@hotmail.com
elobservadorpolitico@hotmail.com

 

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