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1525 28 Febrero 2014

 

ANÁLISIS A FONDO
¿Debemos estar agradecidos con Hacienda?
Francisco Gómez Maza

Que no habrá más impuestos en el sexenio
Pero el daño a los contribuyentes está hecho

Ciudad de México.- Ah, y entonces debo sentirme agradecido. Y crédulo; con eso de que los políticos nunca mienten, me lanzó el cuentista Jorge Anaya, cuando leyó el titular de la nota en el home de Análisis a Fondo Diario: Sin aumento de impuestos el resto del sexenio: Hacienda.

Y de broma le contesté: deberías de estar muy agradecido. Muy agradecido, muy agradecido, muy agradecido como remataba sus presentaciones públicas aquel maravilloso Samurai de la Canción, Don Pedro Vargas.

Y es que no tienen vergüenza los fiscalistas hacendarios. Después de que le metieron la varita a medio mundo con la reforma fiscal, aprobada por una mayoría legislativa inconsciente, y le impusieron sobre los lomos una enorme carga a las medianas, pequeñas, micro empresas, y a las llamadas personas físicas, que no ven las suyas no sólo para declarar el IVA mensualmente, sino para juntar las facturas electrónicas, ahora anuncian, como un gran favor, que no presentarán las consabidas misceláneas fiscales de cada principio de año.

Es lo menos que pueden hacer y no para resarcir los daños, sino por pura vergüenza. Y estos retobos de mi amigo el cuentista vienen porque la secretaría de Hacienda envió a los medios de información un boletín anunciando que el Ejecutivo Federal se comprometía a no proponer modificaciones al marco tributario, desde el día de hoy y hasta el 30 de noviembre de 2018.

El Ejecutivo no propondrá nuevos impuestos, ni incrementos de tasas, ni cambios a los beneficios y exenciones existentes. Y sí, asegura, se compromete a ejercer un gasto eficiente y transparente, y a mantener la trayectoria decreciente del déficit fiscal. Pero mientras son peras o manzanas, los contribuyentes cautivos, y no los grandotes, los globalizados, empezaron ya a vivir la pasión de Cristo crucificado, muerto y sepultado.

Pero bueno. De lo perdido lo que aparezca. Y ya podemos estar tranquilos. Apechugar la metida de varita. Como decía Confucio, por lo menor movernos para no sentir tan feo. E ir con la certeza de que ni en el 2015, ni en el 2016, ni en el 17 ni en el 18 aumentará la carga fiscal que pesa sobre todo el mundo. Bueno, todo el mundo que pagamos nuestros impuestos. Porque habría que ver si los grandes empresarios cumplen religiosamente con sus obligaciones. Y si cumplen, a muchos el fisco les perdona millonadas. O tienen pillocontadores que evaden y eluden el pago de los impuestos.

No dudo de lo que dice Hacienda. Que la reforma hacendaria representa un paso importante en la construcción de un sistema hacendario más fuerte, progresivo y simple, al tiempo que amplía la capacidad financiera del Estado Mexicano para atender las necesidades básicas de la población. Bueno, digamos que Hacienda está en lo cierto. Yo no veo mucho la atención de las necesidades básicas de la población.

Sí, claro. Las modificaciones realizadas representan un cambio importante al sistema tributario mexicano. Pero qué joda para los contribuyentes cautivos. Los no cautivos no tienen ningún problema.

Y mi amigo Jorge, aparte de literato, periodista, es voz de los que no tienen voz. ¿Deberíamos de estar agradecidos con Hacienda? Ay, México.

fgomezmaza@analisisafondo.com
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