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1527 4 Marzo 2014

 

Bestias humanoides
Hugo L. del Río

Monterrey.- Orden y justicia al estilo Monterrey. Un taxista de la tercera edad fue golpeado por porros de los rayados. Los agresores estuvieron un par de horas en Alamey, en tanto que la persona agredida, quien sufre de diabetes, estuvo recluido cuatro o cinco horas y, para recuperar la libertad, tuvo que pagar multa. Esta es nuestra ciudad. A esta degradación nos han llevado los neopanistas.

La tarde del juego en el Estadio Tec, un par de golpeadores, no sé si a sueldo o sólo bajo la protección de la directiva del Monterrey, primero chocaron el taxi de don Manuel –el señor no se quiso identificar, por razones obvias– para, en seguida, sacarlo del auto y molerlo a golpes: le fracturaron la nariz y lo dejaron muy lastimado. La policía, que siempre vigila, se llevó a los tres.

En Alamey, don Manuel quiso levantar una denuncia, pero no lo pelaron ni el juez calificador ni el AMP. Han de ser hinchas de los rayados. El trabajador del volante les explicó que sufre de diabetes, pero haga de cuenta que les comentó la paridad de la moneda de la República Centroafricana. Ni agua le dieron. Eso sí, el conductor tuvo que pagar 750 pesos de multa –supongo que lo castigaron porque se dejó golpear– y solo así pudo regresar a su casa. De los gastos médicos, nada; del daño al taxi, menos.

No es la primera vez que ocurren estos incidentes. Ni será la última. Posiblemente la Administración panista y los mandones del estadio se decidirán a hacer algo cuando las bestias humanoides asesinen a alguien. ¿Qué no les corresponde a los administradores del campo de juego ofrecer un mínimo de seguridad al respetable? Ganan millonadas en cada encuentro: ¿por qué no contratan a algunas docenas de tíos corpulentos para que pongan un poco de orden? Lo de don Manuel no tiene madre. El señor ni siquiera iba a ver el juego ni le preguntaron si era tigre o rayado: nomás porque sí, porque la víctima estaba ahí y con alguien había que descargar la frustración propia de quienes tienen alma sucia y torcida.

También el Municipio tiene responsabilidad. De entrada, las normas internacionales establecen que debe haber tres policías por cada mil habitantes. Luego, Monterrey debería contar con tres mil azules. Je je. Hay mil 58 gendarmes que cobran en la nómina, de los cuales más o menos la mitad no tienen licencia para portar armas. Peor todavía: de los 500 dizque guardias que recién se graduaron en esa vaina ridícula que llaman academia, 273 no aprobaron las pruebas de acreditación. Vaya: la escuela les da el pase, pero la no menos patética pseudo universidad de cuicos los reprueba en los exámenes de confianza.

Es cierto que esa chingamusa que pomposamente llaman universidad depende del gobierno del estado y ya sabemos que a Rodrigo le da indigestión nomás de escuchar el nombre de Margarita y viceversa. De modos todos, como escribe Erasmo: “La realidad de las cosas depende solo de la opinión”. Y así quiere ser gobernadora Sor Margarita. Si en un descuido se le hace, ¿a quién le entregaría las llaves de Nuevo León: al zar de los casinos? Ya las tiene.

Pie de página
Ahora fue en una Primaria de Ciudad Victoria donde los enfermos detonaron una carga explosiva. Por fortuna no hubo lesionados. Ah, pero estamos derrotando a la delincuencia, lo mismo la organizada que la desorganizada.

hugolelrioiii@hotmail.com

 

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