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1551 7 Abril 2014

 

ANÁLISIS A FONDO
¿Voto libre y secreto?
Francisco Gómez Maza

¿Dejará la democracia de ser un pin en la solapa?
El INE, ¿sólo cambio que se antoja cosmético?

Ciudad de México.- La mayoría de los legisladores de ambas cámaras está satisfecha con lo que hizo: votar a favor de la desaparición del Instituto Federal Electoral, órgano jurisdiccional venido a menos en la credibilidad y confianza de la ciudadanía.

Los legisladores le apostaron a un cambio que hasta el momento se antoja cosmético. Sólo cambiaron nombre. Desde mucho antes de que se diera a conocer el resultado de la votación, en el salón de sesiones de San Lázaro, en el IFE ya tenían la palabra "Nacional" para sustituir la "Federal" en el muro frontal del salón de consejos del órgano electoral. Y los diputados votaron por once consejeros que podrán tener las mejores intenciones del mundo para lograr elecciones libres y democráticas.

Los líderes legislativos, encabezados por el coordinador del Partido Revolucionario Institucional, Manlio Fabio Beltrones, se han manifestado muy felices porque "la integración del Instituto Nacional Electoral (INE) abre una nueva etapa en el desarrollo político de México, con una autoridad electoral que será el árbitro de todos los comicios que se celebren en el país", como lo dijo el diputado Beltrones.

“Hoy los mexicanos podemos sentirnos satisfechos de haber logrado la transición legal y ordenada del IFE al nuevo INE. Este órgano será una base sobre la cual se garantice el principio básico de los comicios, el voto libre y secreto de los mexicanos para elegir a sus representantes”, apuntó el panista José González Morfín, presidente de la mesa directiva de la Cámara, y confió en que el presidente consejero del INE, Lorenzo Córdova, así como los otros 10 integrantes de esta institución pondrán todo su esfuerzo, su profesionalismo y sus conocimientos, al servicio de los mexicanos.

El diputado federal Jhonatan Jardines Fraire, del grupo perredista, apuntó que la creación de este organismo encaja en el orden de los cambios que ya necesitaba México. El viernes 4 de abril concluyó legalmente la era del Instituto Federal Electoral, con 23 años en función, y da paso al INE, al cual se faculta acertadamente para tomar el control democrático de un país que está atravesando por importantes cambios.

Como decía el periodista Roberto Coello Trejo, veremos y diremos. La prueba de ácido del señor Lorenzo Córdova y de los 10 consejeros del nuevo organismo de control electoral serán las elecciones del año venidero.

A ver de qué cuero salen más correas. En los círculos independientes no hay tanto entusiasmo como el de los diputados: en un sistema político como el mexicano, nada es creíble, nada es confiable. Es doloroso afirmarlo, pero es cierto. La clase política de todos los tiempos le enseñó a  los mexicanos el ateísmo político.

Los resultados de cualquier elección siempre han sido objeto de duda, desde aquel triunfo de Carlos Salinas de Gortari sobre Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Manuel J. Clouthier y Rosario Ibarra.

Y la desconfianza llevó a una votación masiva a favor del panismo. Triunfo inobjetable el de Vicente Fox Quesada; pero más, castigo inobjetable al PRI, el de la dictadura perfecta. Y triunfo pírrico el de Felipe Calderón, que llevó a que él mismo acuñara aquella frase cínica y desvergonzada de "Aiga sido como aiga sido".

Peña Nieto padeció también acusaciones de haber comprado votos y el IFE quedó hecho trizas. No es nada fácil tener elecciones libres y democráticas en un país de 70 millones de pobres, en el que se privilegia a los barones del dinero, donde la democracia es sólo un pin ensartado en la solapa de la clase política.

fgomezmaza@analisisafondo.com
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