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1756 19 Enero 2014

 

 

El sicariato financiero
Ernesto Hernández Norzagaray

 

Mazatlán.- Mucha tinta ha corrido en la dirección explicativa y argumentativa de los hechos ocurridos en Iguala la tarde del 26 de septiembre. La acción brutal de los grupos del crimen organizado. Los Abarca que hicieron de la Presidencia municipal una oficina del crimen.

El desempeño opaco de las autoridades estatales y federales, en esa tarde de perros y una noche peor. La inefectividad de los elementos del sistema de seguridad que vieron pasar por arriba los señalamientos de complicidad de los Abarca con los Guerreros Unidos incluso el señalamiento de que José Luis personalmente habría asesinado a su correligionario Arturo Hernández. El “ya me canse” del Procurador Murillo Karam que mostró el estado de ánimo de la gente de la cúpula del gobierno. La increíble historia de los restos del basurero de Cocula y la menos creíble del rio de Iguala.

Y si esto fuera poco, para la tragicomedia nacional, ahora tenemos  la espiral de tráfico de influencias que reveló la Casa Blanca de Lomas de Chapultepec y en Malinalco la de Luis Videgaray, el Secretario de Hacienda, con el consorcio constructor HIGA que ha sido revelado no desinteresadamente por The Wall Street Journal junto con The Washington Post y The Economist, dando un seguimiento puntual al tráfico de influencias cuanto tiene que ver principalmente con el debilitamiento del gobierno incluso los altos ejecutivos del FMI o la banca internacional y el propio Obama..

Factor externo
Quizá por inmediatez o la proclividad que tenemos en México,  de privilegiar los hechos y argumentos internos, nos olvidamos frecuentemente del factor externo que tienen su propia lógica e intereses. Es la lógica de los grandes consorcios económicos y financieros multinacionales, atentos al devenir de México y ahora no es la excepción, sino mayúscula pues podrían entrar en juego los negocios que se desprenderán de las reformas estructurales.

No es casual entonces que Aurelio Nuño, Jefe de la oficina de la Presidencia, haya afirmado al corresponsal de El País que “la segunda agenda del sexenio es acelerar las reformas de la primera agenda”, que tiene una clara dedicatoria a los actores externos que han manifestado de diversas su preocupación por lo que pasa en el país desde el 26 de septiembre.

Si, quienes miran el mundo en clave de acumulación y donde los políticos nativos, como podemos constatar en https://www.youtube.com/watch?v=4HBlNeo5iG4,  son piezas que se pueden volver socios o enemigos, dependiendo de sus propios propósitos. Ha sucedido en muchos países que hemos visto cómo se descalabran en un santiamén o como unos políticos se enriquecen o terminan hechos polvo en un avionazo.

La historia contemporánea está plagada de ese dualismo de héroes y villanos. Políticos  que asumen la defensa de los recursos naturales y los que nadan de muertitos en la función pública dejando hacer y dejar pasar, haciendo negocios personales o traficando con influencias, perjudicando con sus decisiones a los pueblos que son en última instancia los que tienen que pagar los platos rotos. Este preámbulo nos sirve para explorar dimensiones más alejadas del día a día de la indignación pública.  

El sicario financiero
John Perkins, un norteamericano que se autonombra ex sicario financiero nos da la pauta para el análisis, hace algún tiempo subió a la red Youtube, una declaración donde revelaba cómo funciona este sistema de dominio en países y regiones que tienen cuantiosas riquezas naturales, como es el caso mexicano, donde las reservas de petróleo son todavía incuantificables y por lo tanto representan grandes oportunidades de negocios para los poderes multinacionales y las ambiciones personales que van más allá de una casa de miles de metros construidos.

La frialdad como Perkins expone los posibles efectos que pudiera tener en nuestra vida cotidiana. Sea tanto por los pasos que se han dado en materia de las reformas estructurales, como por el escenario inesperado de Iguala, del que no se previeron sus efectos como si lo fueron las decenas de miles de crímenes acumulados grotescamente en la estadística criminal.

El testimonio de Perkins expone cuatro grandes momentos que sostienen la relación entre las grandes corporaciones multinacionales y las elites políticas de los países, las mismas que se han cumplido puntualmente en nuestro país no de ahora sino de tiempo atrás:

Uno, la identificación de países que tienen cuantiosos recursos naturales y el ofrecimiento de créditos para que puedan ser explotados;

Dos, ese dinero una vez aceptado no va a los gobiernos sino a las empresas encargadas de la construcción de infraestructura y parques industriales, puertos, etc. generando una gran deuda pública con los organismos financieros internacionales;

Tres, cuando están muy endeudados los países es cuando llegan los sicarios financieros y “recomiendan” vender petróleo barato a sus empresas y el establecimiento de una base militar, las privatizaciones de los servicios públicos, etc.; y,

Cuatro, el refinanciamiento y la “condicionalidad de una buena gestión pública” que significa fortalecer la capacidad para pagar cada día mayores intereses a sus acreedores.

Nuestro país y su singular circunstancia política, pudiera estar viviendo la antesala diplomática que vivieron en otro tiempo Irán (1953), Guatemala (1954), Ecuador (1981), Panamá (1981), Venezuela (2002), Iraq (2003), con desenlaces catastróficos, incluso hoy mismo con sus singularidades, lo vemos con los capitales buitres que amenazan la estabilidad económica de Argentina.
Países, todos ellos, que sufrieron crisis profundas y de las que hay aprender, para situar el momento mexicano más allá de la coyuntura y las mezquindades que estamos viendo en la élite política.

El camino del ajuste económico lo han seguido los gobiernos desde Miguel de la Madrid (1982-1988), y paulatinamente el Estado se ha venido adelgazando, hasta llegar al tema de los recursos estratégicos que hasta hace poco era patrimonio de la nación y que ahora estarán sujetos a los intereses externos.

Ahora vemos claramente que era un asunto de tiempo, pues el PRI y el PAN intentaron hacer lo mismo en distintos momentos sin suerte, pactar la mayoría calificada que le permitiera hacer la reforma constitucional, los priistas finalmente corrieron con mayor suerte y fueron más audaces con el llamado

Pacto por México
Los priistas impulsaron las bases políticas para modificar la Constitución y eliminar todo aquello que limitaba la apertura comercial de las áreas estratégicas reservadas. Fue como sabemos un ejercicio de realpolik donde cada uno de los tres partidos grandes buscó con mayor o menor éxito su propia agenda de reformas.

Además, todo se hizo en forma impecable y en un tiempo record, el último escollo, la petición de la izquierda de una consulta nacional para que la población se pronunciara a favor o en contra de la reforma constitucional, fue desechada sin entrar al fondo por los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Y así la élite política estaba en los festejos de las reformas, cuando la alcanzó el México profundo, ese país cargado de rezagos y agravios en las zonas más olvidadas del país, los pobres entre los pobres, que una vez más fueron alcanzados por la muerte y la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa transformándose en emblema de las decenas de miles de muertos y desaparecidos.

En este contexto adverso, están las condiciones idóneas para que terceros interesados aprovechen nuestras contradicciones, y debilitar aún más al gobierno e imponer sus propios intereses, no hay que dejar de ver que en la información de los grandes medios de comunicación del mundo no es que estén preocupados por los 43 desaparecidos sino porque es la oportunidad para pescar más y mejor.

Estamos en un mundo donde los juegos de suma cero dominan y México está perdiendo, por la corrupción y soberbia que impera en el primer círculo del poder, y en esa lógica otros lo aprovechan incluso lo refuerzan sin el menor escrúpulo.         

 

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