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1825 24 Abril 2015

 

 

LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Automatización y empleo
Edilberto Cervantes Galván

 

Monterrey.- La creación de empleo y el pago de mejores salarios debiera ser la principal preocupación en la economía internacional y en países como el nuestro, con bajo crecimiento económico.

El pensamiento tradicional asocia crecimiento de la producción con una mayor demanda de mano de obra.

También se considera que toda nueva inversión productiva es buena, porque se traducirá en creación de empleo.

En la actualidad sin embargo estas interpretaciones están dejando de ser verdad.

Las tendencias de la innovación en la industria manufacturera se orientan hacia la automatización de los procesos productivos. El uso de robots en la industria es un fenómeno creciente.

A medida que avanza la automatización el volumen de trabajo humano se va reduciendo en términos absolutos.  Los robots (y los programas de software) están sustituyendo no sólo el trabajo manual sino también el intelectual.

Con la automatización de procesos se puede incrementar la producción sin emplear más mano de obra.

De igual forma se puede reducir la producción sin que se genere desempleo.
Esto se debe a que la combinación de mano de obra y equipo está pre-determinada para hacer funcionar los procesos automatizados, sin importar el volumen de producción.

Así es posible que se incremente la producción nacional (el producto interno bruto) sin que necesariamente se incremente el empleo. En general, la automatización reduce la demanda de mano de obra en términos absolutos por unidad de producción.

Esta automatización está manifestándose en México en varias ramas industriales y de servicios.

Aquí mismo en la zona metropolitana de Monterrey operan plantas con un alto grado de automatización.

Es sintomático que la producción y la exportación de vehículos automotrices se ubique en México como el sector más dinámico y sólo segundo en importancia en las exportaciones después del petróleo. 

A nivel mundial la industria automotriz es la que ha incorporado robots con más intensidad.

A medida que avanza la automatización el volumen de trabajo se va reduciendo en términos absolutos.  Pero por otro lado, la población en edad de trabajar sigue creciendo. Crece tal vez menos rápido que en el pasado, pero el déficit de empleo es creciente.

Entre jóvenes nini, adultos ocupados en la informalidad y adultos mayores sin derecho a pensión, el ritmo de creación de empleo es insatisfactorio.
Ante esta realidad: “La única manera de repartir una masa decreciente de trabajo entre más trabajadores es reduciendo la jornada semanal de trabajo, como ha ocurrido en Europa”. Afirma Julio Boltvinik en La Jornada.

Una reducción de la jornada semanal de trabajo, pero sin disminución de las percepciones.

Entre 1995 y 2002, fueron eliminados 22 millones de empleos manufactureros en la economía global mientras la producción manufacturera crecía en más de 30 por ciento.

China dejó de emplear 16 millones de trabajadores fabriles mientras aumentaba su productividad con TI (tecnologías de la información) y robótica, lo que le permitió producir más y más barato con menos trabajadores.

Hasta hace algunos años, la automatización implicaba una inversión inicial muy alta, sólo al alcance de las empresas más grandes.

Sin embargo, los costos han disminuido sensiblemente, por lo que fábricas medianas y pequeñas pueden alcanzar  ganancias de productividad y una reducción en sus nóminas.

Esto implica que la masa total de trabajo demandado en las actividades automatizadas se va reduciendo en términos absolutos, mientras la población en edad de trabajar sigue creciendo.

Esta tendencia a la robotización se está acentuando, por lo que cada vez en mayor grado la producción de bienes no depende de mano de obra o de trabajo humano.

 

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